Los mejores restaurantes

20/10/2024: Helados riquísimos, tienen especialidades km0 que merece la pena probar. Estan en un lugar muy céntrico y tienen unas sillas de tela donde poder sentarte a tomarte el helado

07/10/2024: en la información sobre el local, la hora de cierre es incorrecta, asumiendo que la hora de cierre era a la 1:30, anduvimos mas de 1 hora para llegar al local, encontrado el local cerrado a las 23:30, decepción total, lamentablemente nos fuimos sin helado…

18/05/2025: UNA ESTAFA EMOCIONAL Y ECONÓMICA. NUNCA MÁS El pasado 3 de mayo celebramos en Salón La Cartuja la comunión de nuestros hijos. Fue una experiencia tan nefasta que aún hoy nos cuesta creer que algo tan importante acabara siendo una pesadilla. Pagamos 65 € por adulto y 30 € por niño. Éramos 45 adultos y 28 niños. ¿Resultado? Un desastre absoluto. Una auténtica vergüenza. Nos aseguraron que, aunque había cambio de dueños, todo seguía igual: cocina, calidad, atención... Mentira. Lo que encontramos fue desorganización total, mala comida, mal servicio y una falta de respeto constante. Desde el principio: el cóctel de bienvenida ni siquiera estaba preparado a la hora acordada. Nos pusieron patatas de bolsa mientras “esperábamos”, y cuando pedimos más, nos dijeron que no quedaban. ¿Patatas fritas de bolsa en un evento así? ¿Y para colmo sin stock? Ridículo. Solo tenían una botella de Nestea de 2 litros para casi 30 niños. Se acabó enseguida y no ofrecieron alternativa. A mi hija, que solo bebe eso, le dijeron que no había más. Los platos del cóctel, uno peor que otro: Ensaladilla ácida. Ensalada asiática incomible. Pollo amontonado en bandejas sin cuidar la presentación. Fritura de pescado ridícula con una gamba triste y dos chirretes. Una chapuza tras otra. Solo se salvaban las croquetas. Entramos al salón y lo primero que falló fue algo básico: la comida de los niños, que debería salir la primera, llegó cuando los adultos ya teníamos las gambas. Lamentable. ¿Tanto cuesta priorizar a los más pequeños? El servicio de sala fue lo único que medio respondió. Las camareras hicieron lo que pudieron. Pero desde cocina, todo mal: Mesas de 10 o 12 personas con una sola botella de vino tinto malo. Si pedías blanco, lo traían como si fuera un privilegio. La ensalada estaba aceptable, pero el plato de jamón y queso era una humillación: jamón a máquina, seco como una suela, y queso pringoso en cuatro trozos. La carrillera, plato fuerte, era incomible. Carne dura, salsa de sobre, pastel de patata seco como un cartón. El coulant de postre venía con el chocolate quemado. ¿Nadie lo revisa? ¿De verdad esto lo sirve un “salón de celebraciones”? Pedimos café y tardaron 40 minutos en traerlo. Ya ni sabías si estabas en un evento o en una pesadilla interminable. Para rematar, en el brindis final, no dejaron ni la botella de cava o sidra en la mesa. ¿Estamos bromeando? Quisimos proyectar un vídeo de los niños y, aunque lo habíamos avisado con tiempo, el proyector no funcionaba y nadie supo arreglarlo. Tuvimos que buscar una escalera y mi familia acabó solucionándolo por su cuenta. ¿La música de la barra libre? Una lista llamada “Mariscos a lo Bestia” (sí, así de ridículo). No se podía cambiar y no pegaba nada con una comunión. Nadie del personal sabía cómo modificarla. ¿Y la barra libre? Tres botellas tristes. Sin limones, sin recursos. Hasta la camarera se quejaba. El ambiente fue tan pobre que la gente se fue antes de tiempo. Normal. Para colmo, teníamos recena contratada... y ni la pedimos. De lo mal que iba todo, solo queríamos irnos. No merecía la pena prolongar el sufrimiento. Lo más indignante: el dueño, escondido en su oficina todo el día, quiso cobrarnos la barra libre, cuando se consumieron 5 copas con suerte. Solo gracias al responsable que sí dio la cara —y que al menos tuvo algo de vergüenza profesional— no se nos cobró. Dijo que era lo mínimo. Y la animación infantil, otra tomadura de pelo: nos prometieron dos monitoras para nuestro grupo y en realidad eran dos para cuatro comuniones. La colchoneta se rompió a mitad del evento y la repararon con cinta americana. Sin palabras. En resumen: lo que debía ser un día inolvidable lo fue, pero por los peores motivos. Contratamos algo que nos prometieron “igual que siempre” y fue una sombra cutre y mal gestionada de lo que un día fue La Cartuja. Jamás volveremos, y no recomendaré este lugar a nadie. Han jugado con nuestra ilusión, con el respeto que merecen nuestros hijos, y con el dinero de una familia que quiso celebrar algo importante. UNA ESTAFA DE PRINCIPIO A FIN

17/02/2025: Fuimos un grupo de 10 personas para la Cena de San Valentín en La Cartuja, que espectáculo de caballos mas bonito, el salón estaba precioso y luego nos pegamos una fiesta de escándalo en la discoteca, muy recomendable!!!!!!

30/09/2024: Ha sido mi primera vez, pero después de cómo hemos comido, volveremos a repetir el cabrito espectacular, el comedor y el sitio perfecto

19/08/2024: Excelente comida. La atención genial. Todos los platos riquísimos, mollejas, callos, asadurillas... Solomillo riquísimo. Y por supuesto no te vayas sin probar los postres. Calidad-precio excelente. El entorno espectacular. Gracias por una experiencia tan buena.