Ugo Chan en Madrid

Si estás leyendo esta reseña y estás decidiendo qué restaurante con estrella Michelin deberías probar en tu viaje a España, limitado por el tiempo limitado y el dinero, te recomiendo que agregues a Ugo Chan a tu lista. Madrid fue la última parada de nuestro viaje a España y en ese momento estábamos “todos de tapas” y realmente necesitábamos un buen restaurante de fusión. Ugo Chan estuvo simplemente espectacular, cada plato estaba lleno de sabor y frescura. Teníamos el menú omakase y tuvieron la amabilidad de acomodar a uno de nuestro grupo que no comía pescado crudo brindándole una versión "cocinada" del omakase. Fue un placer conocer al propio Hugo y hablar con él. Se nota que la mayoría de los comensales eran locales y clientes habituales.

Fui a Ugo Chan tras varias recomendaciones de amigos. Al entrar en el local, el ambiente es acogedor y llama la atención el número de empleados que tiene. Al ser Estrella Michelin, me imaginaba que la comida iba a estar deliciosa. En la mayoría de los platos, fue así. En especial el sashimi de virrey, el tomate relleno de toro, uno de niguiris, atún rojo sobre crema de puerros y caviar, y el postre de chocolate. El resto no me llamó mucho la atención, sobre todo la falsa ensaladilla. Las raciones, como en muchos menú degustación, eran pequeñas o muy pequeñas… pero el tiempo entre los platos fue tan elevado que, a pesar de que tenía bastante apetito, se me fue quitando poco a poco. Una pena, porque si el ritmo hubiera sido más rápido, hubiera disfrutado más de la comida. De ahí que lo califique como un 4. Adaptaron el menú a mi intolerancia a las ostras. Precio elevado pero calidad y servicio excelente.

Si le pongo 4 en vez de 5, no es por que me haya gustado, me encantó, pero sí que las cantidades, se me quedaron escasas! El resto de 10!

Todo perfecto, la comida excelente, el servicio profesional. Buen local, bien decorado pero con un defecto que es el ruido no esta insonorizado adecuadamente y se hace molesto.

Un japonés diferente y de mucha calidad. Servicio profesional aunque sin destacar mucho, carta corta y concreta (que se agradece) aunque a mi gusto tenía demasiada presencia el atún, en prácticamente la mitad de los platos. Aun con ello, la relación calidad precio de la comida es sobresaliente. Para volver antes de que se ponga más de moda.

Nos encanto. Pedimos ikizukuri de salmonete, lentejas, varios nigiris. Estos últimos de lo mejorcito que hemos probado. También nos dimos a los cockteles, tienen un barman de Costa Rica que nos recomendó fenomenal . Un placer de cena la verdad

Estaba todo bueno, pero hay que tener cuidado al pedir el menu que te recomiendan. No es un menu cerrado y te cobran cada plato por separado.

¡Lugar asombroso! La comida es sencillamente espectacular, pero el personal no pasa la prueba de bechdel.

@ ugo chan madrid Nos ha encantado Servicio de pablo y diego Sommelier marco y dirigiendo la saja Leticia Vinos tintos Toro de Telmo Rodríguez finca gago y un ribera que no conocíamos muy rico Naluar Nos ha gustado mucho Repetiremos Un restaurante contemporáneo, con la cocina vista, dos barras y alma nipona, que no está exento de personalidad; no en vano, su cambiante y mimada propuesta se cimenta en pensamientos clásicos como los del filósofo griego Heráclito: "Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río". El chef Hugo Muñoz, que juega con el nombre del local recordando el apelativo que le puso su abuelo siendo aún muy niño ("Hugochan", semejante a Huguito), defiende una cocina japonesa donde el producto de temporada es el gran protagonista, modulándola de manera divertida con detalles de otras culturas y, sobre todo, con guiños a los iconos culinarios de Madrid (como la Gyoza de callos a la madrileña o su versión de los Soldaditos de Pavía).

El local está decorado con muchísimo gusto, la luz perfecta. La comida excelente el nigiri de cocotxa espectacular, las ostras buenísimas y el ghyoza de callos se te va la cabeza. Los cócteles muy pero muy bien hechos, el blody mary perfecto y la margarita ni os cuento!. El personal espectacular y Ugo se acercó a saludar y es amable, simpático y sabe el producto con el que juega. Una gran experiencia la verdad!