TonTon en Madrid

Buen restaurante que pretende colocarse en un nivel mas alto de donde realmente se sitúa. La atención de los camareros es muy buena, el ambiente es muy acogedor pero las mesas para dos son pegadas una con la otra casi que se puede compartir la cena con las personas al lado. La calidad de la comida es alta pero la combinación de los platos no acaban de convencer, muchas expectativa pero poco resultado a nivel de sabor. repetiría pero con cambio de carta.

Bistró de estética nórdica (techos altos, luz tenue, ladrillo visto...) muy apropiado para cenas y de ahí su horario de apertura. Tiene dos ambientes, la zona de bar, en la entrada y la sala, a la que se llega tras pasar por un pasillo. Se aleja de lo convencional pero derrapa con alguna de las propuestas (sigo en sock con el fuet). Abusa de los productos crudos y fermentados, no sin éxito, por lo que si buscas comer algo caliente, pasapalabra. La carta varía con frecuencia por lo que si acudís, tendréis que buscar vuestra propia aventura. El trato podríamos decir que también en nórdico. Nuestra mesa, en la parte del bar, era bastante pequeña y “bailaba”. Pedimos dos veces que la calzasen, pero ni caso. Quizá era parte de la experiencia. Gilda: Equilibrada y sabrosa. Buen inicio para entrar en materia. 🔴 Fuet, mantequilla de mostaza, pepinillos: Sinceramente, una decepción abosluta. Esperábamos algo más elaborado y no algo que cualquiera puede prepararse en su casa. La calidad o el sabor del fuet podría ser la excusa, pero no es el caso. La broma de la carta. 🟢 Corvina salvaje, salsa tatemada, kiwi: Interesante plato para quien busque algo diferente, eso sí, al ser crudo al tercer bocado puede llegar a cansar, por lo que aconsejamos pedir los platos para compartir. 🟡 Tartare de ternera, macha, cacahuete, pommes paille: Pommes paille... o dicho de otro modo, patatas paja. El plato sin más, pincatón y correcto, pero sin llegar a sorprender. Mención especial para el baño. La visita al restaurante bien merece un lavado de manos ;)

Un lugar muy muy cool para tomar algo y comer comida fusión con ideas bastante frescas. Prueba el bloody Mary con una Gilda que es buenísima. Te recomiendo hacer reservación. Mis favoritos: la taranta de marica con aceite de pimentón, las gildas tonton (🤤), las patatas fritas con lima, takin y parmesano (🤤); tostada de pez limón, tomate con atún rojo confitado (y salsa macha 🤤). Y de postre mousse de chocolate.

Primero tomamos cócteles en el bar. No me gustó el Bloody Mary, pero mi marido dice que el Negroni estaba bastante bueno. Luego pasamos a la sala y comimos tarama, ensalada niçoise, mollejas y sepia. Sin embargo, creo que el menú cambia con frecuencia; si buscas algo especial, te decepcionarás. Las mollejas estaban increíbles, pero los demás platos eran bastante normales. Es un restaurante un poco caro, pero tienen una carta de vinos bastante completa y un personal muy amable. El ambiente era bastante tenue, pero en general, precioso.

Carta corta pero rica en líneas generales. Hoy había algunos platos que no tenían disponibles porque se van de vacaciones y no hemos podido probar algunos que nos apetecían pero no ha sido un problema. Buena experiencia

Todo muy rico, bien de precio y muy agradable el sitio y el personal. Las gildas riquísimas.

Comida: la comida en Ton Ton es de alta calidad. Platos exquisitos para paladares caprichosos. La carta no es muy extensa, y para los que detestan el pescado, muy limitada, aunque recoge platos para todos los gustos y exigencias. Local: tiene un encanto especial, con un diseño rústico e industrial. Una pequeña sala a la entrada y un gran salón dentro, con cocina vista desde el corredor. Los baños se encuentran en la planta baja, aunque hay tambien en la misma planta para personas con problemas de movilidad. Todo perfecto excepto la iluminación, que es excesivamente tenue. Servicio: personal muy cualificado. Buena atención.

Restaurante pequeño y con encanto en el centro de madrid. Se trata de un restaurante con una carta muy pequeña, los platos estan buenos pero las raciones son pequeñas y muy caras, estaría bien que amplíen las cantidades o bajen el precio. Lo recomiendo probar al menos una vez para una cena mas íntima.

Fuimos a cenar 3 personas. El restaurante es muy bonito, aunque un poco bullicioso. Por suerte nos pusieron en una mesa del pasillo que se está más tranquilo. El servicio muy simpático y te asesoran bien, aunque se olvidaron las bebidas y nos llegó la comida y no teníamos nada que beber, pero es un fallo menor que rápidamente solventaron. La comida es exquisita y con propuestas muy originales. Pedimos 3 sardinas, 1 tarama, que es como una mouse de pescado especiado con pimentón de la vera que estaba muy rico y suave, un tartar de ternera que estaba muy bien condimentado y es diferente al tratar clásico, el flatbread con stracciatela y habitas y guisantes tiernos que estaba muy bueno, la berenjena con miso y salsa de mantequilla tostada, sin duda fue nuestro preferido, ESPECTACULAR! y acabamos los platos salados con el tataki de atún. De postre estábamos llenos, con lo que compartimos su mousse de chocolate con pimienta, sal y aceite muy logrado. De beber tomamos 3 cervezas doble, el vino tinto Kpi y pedimos un extra de su fantástico pan recién horneado. Todo una delicia! Y la cuenta fueron 169€, 53€ por persona. Lo recomiendo mucho!

Ambiente súper cool. Servicio encantador sin aire de franquicia. Toda la comida cambia cada mes. Espectacular sardina, la mouse de maruca, la molleja, berenjena. Pan increíble. 37€por persona con cóctel. Solo abre de cena. Nos pusieron un cóctel de postre por cuenta de la casa.