Taberna del Chato en Madrid

Ricas tapas servidas en chatos (vasos). Sitio agradable. Ricas tapas aunque me parecieron normales. No está mal pero tampoco me pareció una gran experiencia. La atención bastante seca.

Sitio muy agradable, buenas raciones y un servicio atento y rápido , es bastante ruidoso, porque la gente no sabe hablar sin dar voces y los camareros son incapaces de llamarles un poquito la atención.

Me encanta la Taberna del Chato, es uno de esos sitios en Madrid a los que siempre apetece volver. Su comida es simplemente deliciosa, de verdad que no defrauda. Una de las mejores cosas que tiene es su ubicación, que es inmejorable; está tan bien situado que llegar hasta allí es pan comido, incluso cuando el metro y las calles van a tope en hora punta. No tienes que dar mil vueltas para encontrarlo. Sin duda, lo que no te puedes perder son sus tapas. Todo el mundo que va repite por eso, es lo que realmente brilla en su carta. No son las típicas tapas de cualquier bar, tienen un toque especial. Y lo mejor de todo es que, a pesar de ser de tanta calidad, los precios no se disparan. La relación calidad-precio me parece justísima, es lo que debería costar una buena comida así, ni más ni menos. Además, es un alivio que acepten pago con tarjeta sin problemas, así no tienes que ir preocupado de si llevas suficiente efectivo encima. Eso sí, un consejo: si puedes, reserva mesa. Es un local con tanto encanto que se llena muchísimo, sobre todo de familias porque el ambiente es muy acogedor y familiar. Cuando entras, te encuentras con una atmósfera muy agradable, con gente disfrutando y un ruido de fondo que anima sin ser molesto. He visto las fotos de sus platos en algunas webs y la verdad es que le hacen justicia, pero verlos en persona y probarlos es otra cosa. Te termina de entrar el hambre.

Me esperaba más de las tapas...

Tuve la oportunidad de visitar este establecimiento el pasado sábado 28, acompañado de un grupo de amigos, y la experiencia resultó francamente agradable. Optamos por el menú de 26 euros, una propuesta generosa en cantidad, que en ningún momento escatimó ni en bebida ni en comida. Si bien algunos platos podrían beneficiarse de una mejora en la calidad del producto o en su ejecución, el conjunto resulta más que aceptable, especialmente considerando la relación calidad-precio. El servicio fue atento y eficiente, y el ambiente destaca por su calidez y su carácter acogedor, ideal para una velada distendida entre amigos. Una opción recomendable para quienes valoran el trato cercano y una experiencia gastronómica sin pretensiones, pero bien resuelta.

Excelente lugar para socializar.

Gran descubrimiento. Es muy difícil comer bien y por un precio razonable hoy en día en Madrid. Las gyozas estaban increíbles, tanto que repetimos. El servicio fue muy amable. Lo recomendaremos.

Platos pequeños increíbles. Recomiendo el steak tartar con una copa de Tinto de Verano.

Todo muy bien!! La comida esta bien

Nos ha gustado bastante, no todo pero vamos está muy bien de precio también