Taberna de Paula en Madrid

Cena espectacular, trato exquisito,una velada estupenda.Muy recomendable y sin duda repetiremos.Gracias por todo ( Elena y Fernando)

La comida estaba espectacular y el trato ha sido muy bueno. Un sitio estupendo con comida de toda la vida miy bien preparada

Un restaurante excepcional, Pepote nos ha atendido de maravilla y con mucho cariño. Repetiremos seguro!

Trato impecable y comida de toda la vida! Buenísimo

Pequeño sitio, gran descubrimiento. Todo exquisito, como en casa

Restaurante tradicional donde los haya. Excelente trato. Comida elaborada. Para ir día tras día.

Pequeño y lo digo como virtud, pocas mesas y tambien lo digo como virtud. Trato muy amable, platos bien explicados, carta "cantada" incluyendo los precios (toma ya...). Y la comida excelente en calidad y cantidad. A tener muy en cuenta

Excelente restaurante, ambiente acogedor, dueño muy amable y comida espectacular. Las croquetas de jamón y el bacalao estaban deliciosos.

Sitio muy acogedor, pequeño e intimo. El equipo del rrstaurante nos atendio de maravilla, solucionando y ayudando en todo lo que necesitamos. El servicio fue espectacular. Fuimos atendidos por el propietario y chef, el cual noa explico con todo detalle su carta. Esta es corta, pero variada, y realmente excepcional, tanto en la calidad del producto como en su tratamiento y presentacion final. Un 10, sin duda volveremos. Muchas gracias a los dos por el excelente trato recibido.

Qué noche tan increíble de comida y gente bondadosa. Los restaurantes con buenas valoraciones en TripAdvisor a menudo no son tan buenos como indican las calificaciones, pero el pequeño restaurante La Taberna de Paula fue una muy feliz excepción a eso. Pepote (propietario y chef) salió y nos contó el pequeño menú con detalle, con una clara pasión por lo que hace. Cada bocado era rico y rebosante de sabor. Después de comer aquí quedarás felizmente saciado. Es un local tradicional con un toque inesperado que lo diferencia de otros locales tradicionales y a un precio muy justo para Madrid. Se puede saborear el cuidado que pone en las comidas. Pepote y el camarero eran las únicas personas que trabajaban allí y ambos eran muy cálidos y encantadores. Es un lugar de la vieja escuela, tanto en ambiente como en comida, y fue un descanso agradable de los muchos restaurantes de moda ultramodernos de Madrid. Todo estuvo fantástico, destacando el pulpo y el guiso de bacalao, ambos inusualmente ricos en sabor y textura. Quiero que más gente lo sepa y vaya... ¡hazlo! Esta reseña no te llevará por mal camino, te lo prometo.