Restaurante Santerra en Madrid

Nosotros elegimos el menú de degustación de 14 tiempos. En general la experiencia es muy buena, los platillos son únicos y atrevidos . Para mi paladar la proteína no se me hizo de la mejor calidad. El postre y la atención fue lo mejor.

No vale lo que cuesta. Cuidado con los menús cerrados. Estuvimos en el restaurante, en el comedor de abajo, en octubre de este año 2019. La decoración es muy espectacular. Un comedor no muy grande, con media docena de mesas redondas y unas grandísimas lámparas colgantes sobre las mesas. Todo en la sala está muy cuidado y también en las escaleras y los baños. Tiene un inconveniente para mí grandísimo y es una escalera larga y empinada para bajar al comedor. Sí, bajar. El comedor está en un semisótano. Siendo de noche no importa demasiado, no es claustrofóbico, y hasta hace gracia cenar viendo los pies de los viandantes pasar. En cuanto a la comida, hay que conocer la modalidad antes de ir para no llevarte una decepción. Primera restricción: solo ofrecen menús cerrados (dos de degustación y uno de cuatro platos con snacks fijos y primero, segundo y postre a elegir entre tres o cuatro opciones). Y segunda restricción: toda la mesa tiene que coger el mismo menú. Nosotros elegimos el menú de platos. Hay que decir que tuvieron cierta flexibilidad para traer un plato ad hoc a una persona de la mesa que tenía restricciones alimentarias. Por lo demás, el menú super caro para lo que era: 40€ sin bebida, con raciones tirando a escasas y elaboraciones de categoría media. Es cierto que tratan de sorprender con los nombres de los platos, la inclusión de ingredientes no usuales y una presentación muy historiada, pero para mi gusto los platos no responden a tanta pretenciosidad, con alguna salvedad. Muy buenas las croquetas de jamón, el plato más sencillo del menú. De postre pedimos el chocolate con aceite y sal y he de decir que fue lo mejor de la carta, excepcional. El servicio no me gustó nada. En primer lugar, sorprende que no te traigan la carta según te sientas “porque las tienen todas ocupadas” y tarden más de 15 minutos en hacerlo. En segundo lugar, chirría que te sirvan los snacks sin haberte traído el vino. Y por último, las esperas entre plato y plato se hicieron interminables. Estoy segura de que no volveré a este local, por muy buenas valoraciones que reciba

Tuve una gran cena aquí. Esta fue la tercera y última cena de degustación que hice en mi tercera noche en Madrid. Me hicieron esperar en el área del bar (más o menos) de arriba después de registrarme para mi reserva. Luego me llevaron escaleras abajo, a la parte principal del restaurante. En mi opinión, obtuve el mejor asiento de la casa porque me pusieron en la mesa directamente frente al área de preparación, así que pude ver a los muchachos trabajar toda la noche. Una vez más hice el maridaje de vinos. Fueron 10 platos de algunos de los platos más sabrosos que he comido. Sus botellas de vino eran enormes. Siempre me animaba cuando el chico venía a servirme una porción usando una chingadera para recoger un vaso. Los vinos que me dieron eran todos muy sabrosos. Combinaron perfectamente con cada plato que me dieron. fue todo tan bueno Tan bueno que cada plato que dejaron en mi mesa volvió limpio. me lo comí todo El servicio fue bueno. Siempre había alguien cerca si necesitabas algo.

Muy bien trato y comida pero a mejorar en los detalles del local. Estuvimos cenando tres personas, por la hora a la que fuimos no pudimos probar el menú degustación pero nos lo hicimos a nuestra manera y colaboraron dándonos el aperitivo del menú degustación. La carta de invierno muy orientado a productos de temporada así como carnes de caza. A destacar el arroz con trompetas negras que estaba espectacular, la croqueta y el lomo de orza. Le falta un poco de mantenimiento al lugar, con muchos desconchados y óxidos sobre todo en el baño, muy pequeño y sencillo para el restaurante, la zona y el precio que tiene. El servicio muy bueno, todos muy atentos, serviciales y rápidos.

La comida estaba deliciosa. Todo me encantó

Me quedo con un sabor agridulce de mi visita a Santerra. Al ser el domingo y no disponer de menú degustación , decidimos comer en la zona de la barra de la cual había escuchado también cosas muy buenas. En general, los sabores me han parecido muy fuertes ; es obvio que es comida con sabores potentes, pero creo Que todos los platos estaban bastantes salados, lo cual nublaba su sabor. Me Esperaba sabores más “delicados”; en concreto, el escabeche de los mejillones me pareció muy fuerte así como los callos y los torreznos y las albóndigas muy saladas. Y repito, digo “fuerte”, porque son platos que hemos probado miles de veces y de los cuales todos tenemos un recuerdo en el paladar, por lo cual es inevitable comparar. Y los precios creo que totalmente desorbitados. Un ejemplo son 27 € por cuatro albóndigas de perdiz que como ya digo estaban excesivamente saladas acompañadas de una especie de espuma de Parmentier, cañas a 3€, croquetas y anchoa minúsculas…. Por otro lado, El estar en la zona del comedor de la Barra y suponerse algo más informal no significa que haya que descuidar el servicio,y sobre todo si estás pagando esos precios, Y como en muchas otras ocasiones, te encuentras a camareros muy inexperimentados y un poco lentos (con un aforo a medias). Pedimos cuatro croquetas, y finalmente nos pusieron una ración (6 Ud) por equivocación , que insistieron en dejar porque no cobrarían, pero sí cobraron. No dijimos nada y simplemente nos dejamos propina…Así que 170 € por comer “comida tradicional” me parece un poco excesivo. No sé si la experiencia en su zona de menú de gustación es totalmente diferente y han centrado sus esfuerzos ahí, Pero mi experiencia ha sido agridulce.

Santerra ofrece una comida maravillosamente única, con destacados platos de caza que debes probar. Sin embargo, el servicio podría necesitar algunos ajustes, la “copa” de vino se sintió más como una degustación y la espera entre platos fue más larga de lo esperado. Dicho esto, ¡los sabores y la creatividad de los platos hicieron que valiera la pena la visita!

curioso di provare la proposta dello Chef Miguel Carretero Sanchez ho pranzato presso questo ristorante stellato. L'opzione menù comprende diversi piatti: dalla cozza, al piccione, al famoso cervo (o capriolo) fino ai due dessert. Esperienza culinaria davvero interessante, con accostamenti precisi e mai azzardati. In sala sono presenti due maitre estremamente cordiali e sempre disponibili. Valida la pasticceria. Il servizio è davvero ineccepibile. Prezzo finale € 163 a persona, comprensivo di piatto aggiuntivo (€34) ed acqua. Non ho optato per l'acquisto di bevande alcoliche nè vino, anche se penso che alcune fossero incluse nel menu e perciò pagate. Il piatto aggiuntivo sarebbe potuto perciò essere offerto dallo chef. Non è mai stato mostrato il menu in formato cartaceo che risulta fondamentale anche per la traduzione degli ingredienti, per chi come me non è abituato alla lingua spagnola ed inglese, Maitre disponibili, mentre lo chef non si è mai presentato. Alcuni miglioramenti

Nos habían recomendado el restaurante y la verdad es que fue todo un acierto. El restaurante está muy bien ambientado, la comida es excelente y original (en pocos restaurantes con estrella Michelín hacen platos creativos basados en la caza) y el servicio muy profesional y atento. La única pega que le encontramos fue los baños, que tenían un poco de olor y no estaban acordes con el resto del local.

Buena explicación de los platos y ambiente relajado