Ronda 14 en Madrid

Restaurante fusión muy recomendable. Todo muy bien emplatado y el servicio muy atento. La comida espectacular, recomendable especialmente el tiradito de ají amarillo, el bao de pato y los rolls todos muy trabajados. Salimos a casi 50€ por persona.

Lo mejor de la cena fue la atención de Tito, que nos hizo los mejores pisco sours que he probado en mi vida. Muy recomendable

¡Muy recomendable! La comida es fusión peruana con japonesa y muy rica. El servicio es top, en especial Tito. Muy atento y servicial. Nos hizo la cena muy amena. Seguro que repetiremos

Íbamos con unas expectativas muy altas, por todo lo que habíamos leído sobre el restaurante, y la verdad que no hemos salido muy satisfechos. Nos ha decepcionado bastante. La comida, nada destacable, bastante inexpresiva. Hemos probado mil restaurantes con opciones de sushi muchísimo mejores. El ceviche, sin más. Los cachopines, con la crema interior como cortada. Y las croquetas, nos las tuvieron que repetir porque las primeras salieron congeladas. Y el servicio… dejando bastante que desear. Nada amables, levantaban los platos sin terminar… En fin, estábamos deseando probarlo y no creo que repitamos.

He venido 3 veces. Me encanta. Brutal los sabores. Ivana nos ha atendido muy bien, muy profesional

Todo un descubrimiento en Madrid. (28€ pp. cena ligera sin vino) Sin ser un restaurante barato se nota que la materia prima es de muy alta calidad. Imprescindible reservar con antelación para conseguir mesa. Raciones en las que prima la calidad sobre la cantidad. Servicio atento y educado

Comida excepcional, servicio muy bueno, en cuanto al restaurante no es muy cómodo y es ruidoso

Sorprendente restaurante fusión comida peruana, japonesa y asturiana… platos con toques de sabor, a precios competitivos. Cena completa por unos 40/pax. Sin vino. Muchas gracias por el servicio y atención.

Lo conozco hace años y ha perdido mucho en comida y en atención.. Antes era un sitio de comida diferente con un trato excelente, ya no. El sábado pasado fui en el primer turno, el restaurante tenía varias mesas libres (me sorprendió) que no se ocuparon en todo el turno y que cuando nos fuimos sobre las 22.15 seguían sin ocuparse. A pesar de ello nos sacaron la cena a toda velocidad, varios platos calientes a la vez para elegir que quieres comerte frío y sobre las 21.40 nos dijeron si queríamos "pedir algo antes de agotar nuestro tiempo". Es una pena que habiendo mesas libres y nadie pendiente de sentarse la dinámica sea esa. Sinceramente a día de hoy creo que no merece la pena porque no vas a un sitio un sábado a que te echen de comer, vas a disfrutar de una cena. La calidad correcta sin más.

Sentir que estás en una taberna perdida de cualquier rincón de Perú comiendo buena comida e un ambiente desenfadado tiene su encanto. La leche de tigre es magnífica y hace que el cebiche se eleve a pesar de que la calidad de la corvina no sea la mejor lo cuál intenta equilibrar con cierto éxito el calamar frito. No demasiado bien logradas las patatas rellenas de carne guisada acaban resultando insípidas y poco agradables en boca. Buen hacer en el pisco sour. Buen servicio. Este restaurante también es víctima de la triste plaga de incluir turnos en las cenas, aunque parece que no en las comidas. Como siempre defiendo, ese pan para hoy siempre acabará en un hambre para mañana. Me cuesta entender que alguien pueda disfrutar de una buena comida en fin de semana con un cronómetro en marcha encima de la mesa. Recomendable si busca una buena comida peruana a buen precio y en un entorno desenfadado.