Restaurante La Atalaya del Tastavins en Monroyo

Si quieres disfrutar de unas vistas inmejorables del Matarrayna y a la vez disfrutar de una experiencia gastronomíca de 10 no debes dejar de visitar este restaurante. La comida exquisita, en un ambiente ideal y un servicio increíble. Gracias a Carla por la atención perfecta en sala tanto a la hora de servir como de explicar los platos y catas a realizar y muchísimas gracias al Chef Eduardo muy profesional en su trabajo y una gran persona.

Hicimos el menú Atalaya que incluía maridaje. El servicio, pese a que fueron muy amables intentando arreglar todos los fallos, fue un desastre. No se hizo bien el maridaje, entre entrante y principal tardaron más de 50 minutos en los que nos descuidaron sin vino, agua ni pan. Almenos compensaron con una copa después de la cena. El sitio, por eso, es ideal. Si mejoran ese punto, contratando por ejemplo más personal , la mejora será notable.

Una estancia muy agradable. Repetiremos!

No tengo palabras para poder describir este sitio tan precioso con un restaurante exquisito y con profesionales de 10. Sin dudarlo volveremos pronto! Felicidades a todo el equipo por hacerlo tan tan bien.

El restaurante tiene unas vistas de ensueño. La comida espectacular...destacamos la costilla de vaca laqueada, pero todo estaba riquísimo. Los vinos muy ricos, además todos de sus zonas Nadia, nuestra camarera, un sol! Nos explicó todos los platos, vinos, aceites y fue súper amable Experiencia 10/10 Vollveremos

Muy bien en general!! Repetiremos

Excelente trato del personal, sobre todo de Nadia y Manuel. La comida y el entorno estupendos.

Excelente experiencia gracias al servicio de Marina y Nadia. Un trato espectacular por parte de las dos y mención especial a el chef Eduardo. Increíble salón con vistas espectaculares.

Para repetir. Calidad del producto y del servicio. Muy recomendable!

Ni mucho menos cumplió las expectativas. Comida con presentación diferente; pero nada de especial. Menestra diferente y correcta; pero nada más. Fessols justitos. Calamar correcto; pero hasta ahí. Chuleta de cerdo en su punto; pero fría, las hierbas apenas le aportaban nada. Los postres bien, sin más. El camarero, muy amable, desaparecía de vez en cuando ( debía estar el solo ). Por ese precio, la calidad y el servicio deberían ser otros. Eso sí, el enclave y las vistas espectaculares.