Kamon en Valencia

Todo riquísimo, pero lo que lo hizo todavía más maravilloso fue la atención exquisita de Fran. Gracias

Cada vez que voy es una experiencia para el paladar, vale cada euro que pagas. Un sitio prefecto para comer japonés y no el típico japo. Los camareros cuidan cada detalle desde el principio, incluso se preocupan por las alergias e intolerancias. Un menú asequible y una comida genial.

Todo muy rico y servicio espescial

Increíble comida japonesa. De alta calidad, con una explosión de sabores en cada bocado. El mejor restaurante japonés que he probado nunca. Calidad precio muy buena. Tienen un menú de 45€ súper completo y otro de 35€ que está muy bien también . Con los dos te quedas bien llen@ . El postre increíble . El personal super amable, te explican cada plato y el orden en el que comerte cada bocado para obtener una mayor intensidad en los sabores. Repetiré sin dudarlo.

He ido varias veces y muy bueno todo,lo unico que una vez pedi menu y otra carta,y sinceramente el menu esta bien pero la proxima vez pediria carta

Una experiencia de comida japonesa fusión. Fuimos por la tercera vez al restaurante. Siempre nos quedamos muy satisfechos, tanto de calidad de comida como de servicio de los camareros. Ramen de rabo de toro y sushi de gamba roja un imprescindible 👌🏻👌🏻

Uno de los mejores restaurantes japoneses de Valencia que he probado. Sus nigiris de carabinero son puro espectáculo. El menú degustación es ideal para probar la esencia del restaurante.

El restaurante está ubicado en un barrio muy animado, con un restaurante en cada esquina. Habíamos reservado mesa con una semana de antelación y podíamos elegir entre diferentes zonas: Sala 1, Sala 2 o la terraza. Elegimos la Sala 2. Al llegar, sin embargo, nos sentimos un poco decepcionados porque nuestra mesa estaba justo al lado del mostrador principal, o mejor dicho, de la cocina abierta, donde se prepara la comida delante de los comensales. Esto, lamentablemente, le restó algo de calidez al ambiente: era bastante ajetreado, con el personal yendo y viniendo constantemente. El equipo de servicio, sin embargo, fue excelente: extremadamente amable, profesional y muy atento. Nunca tuvimos que esperar mucho; los camareros siempre estaban pendientes de nuestra mesa. Se notaba claramente que había un equipo grande y bien coordinado trabajando, tanto en el servicio como en la cocina, donde al menos cinco chefs trabajaban a la vez. Sin embargo, esto también contribuía al ambiente ajetreado. Un poco de música de fondo suave habría ayudado a calmar un poco el ambiente. Sobre la comida: El menú constaba de siete platos, y cada uno de ellos fue un éxito. El sabor era digno de una estrella Michelin, con una presentación impecable y una vajilla de alta calidad. Incluso le daría más de cinco estrellas, si fuera posible. Un aspecto especialmente positivo: nuestra camarera nos recomendó un sake caramelizado de postre, ¡un consejo excelente! Costaba 6 € la copa, pero valió cada céntimo. Elegimos una botella de vino blanco para acompañarlo, que fue una maravilla: fresco, ligero, con un toque delicado, que combinaba a la perfección con el menú. Conclusión: La comida estuvo estupenda, el servicio excelente, pero el ambiente no estuvo a la altura. El asiento junto a la barra estaba demasiado lleno y nos faltó tiempo para disfrutar plenamente de cada plato. Nuestra reserva era de dos horas, y como la comida se servía bastante rápido, incluso terminamos un poco antes. A pesar de algunos pequeños inconvenientes con el ambiente, la conclusión es clara: ¡Un plato culinario excepcional!

He acudido en varias ocasiones a cenar en Kamon. Un lugar del que siempre he salido muy satisfecho. Desde la Dana no había acudido. He de decir que está noche no ha sido como otras veces. Hemos pedido para compartir una tempura de langostinos y verduras. El plato estaba correcto, nada aceitosa. La decepción ha venido con los platos principales: dos Yakisoba. Uno de pato con boletus y foie que estaba excesivamente salado, matando que se pudieran apreciar el resto de sabores del plato. El otro, marisco con bonito seco y huevo poche, los fideos estaban como apelmazados, como si hubiesen estado hervidos de varias horas, y el plato reseco sin melosidad. No ha sido de las mejores experiencias. Hemos decidido no pedir postres por la decepción. A favor, el servicio de mesa ha sido un acierto. El chaval que nos ha atendido, extremadamente atento y servicial, cosa que últimamente escasea.

Cada plato del menú degustación de 10 platos era fresco, creativo, hermoso y delicioso. Estábamos muy llenos y felices al final de nuestra comida. Servicio era maravilloso también. Muy recomendable!