Hermanos Valdivieso en Madrid

Local pequeño y acogedor. La atención excelente y la comida muy buena.

Buena comida en una acogedora habitación trasera. Servicio atento. Algunos platos inusuales. Socarrat estaba delicioso.

Espectacular el socarrat y el rabo de buey una experiencia. El postre de infancia andaluza es sencillamente brillante

Fuimos recomendados por un familiar y buscando un sitio que fuese algo diferente al sota, caballo y rey de los platos tradicionales pero que tampoco fuese una locura de innovar por innovar en los platos. Acertamos de pleno. Una carta no muy extensa, pero suficientemente variada para encontrar algunos platos que te llamen la atención. Fuimos 6 personas y pedimos cosas distintas para probar un poco de todo. De lo que me acuerdo dejo la reseña: Ostras. Fuera de carta, recomendadas por el encargado, que estaban muy buenas, según los que las comieron, a mí particularmente no me enamoran. Volandeiras. Muy sabrosas con un aliño particular, también fuera de carta. Jamón de cordero. Estaba rico pero nos recordaba mucho a la cecina. Lo bueno es que puedes pedir medias raciones que te posibilitan el probar sin arriesgar demasiado. Flor de invierno, creo que se llamaba. Una cebolla frita con dos salsas para acompañar las capas de la cebolla que se van desprendiendo. Hasta aquí los entrantes o lo de compartir. De platos principales tomamos: Socarrat. Plato muy interesante con una grata mezcla de texturas y sabor Alitas. Sabor moruno con el tabulet y la maceración del pollo Abanico de cerdo. Muy jugoso, aunque el acompañamiento de ajo papa de la abuela (puré) a algunos no nos hizo demasiada gracia. Lubina frita. Quizá el plato que menos éxito obtuvo. No estaba lo crujiente que esperábamos, por experiencias en otros restaurantes del sur de España. Postre. Solo probamos la torrija de brie con helado de galleta cuetara. Muy muy rica. Vinos. Nos dejamos aconsejar por un vino de Yecla que fue todo un acierto, bebiendo dos botellas, y el truco del tapón muy simpático. El local es pequeño, tanto la barra como el comedor, sin grandes pretensiones decorativas, ni falta que hace, es un local que si pasa por la puerta no llama la atención. El servicio extraordinario. Muy atentos a todas las dudas y aconsejando con criterio y pacientes al explicar cada plato con todo lujo de detalle. Se nota que sabe lo que hace. Ojo con las reservas que hay que confirmarla varias veces, incluido por whas unas horas antes. Conclusión: Sitio para tener en cuenta en el fondo de armario de restaurantes distintos y con un precio moderado (aunque ya hay poco de moderación en la hostelería).

En mi opinión de los mejores restaurantes de Madrid, el trato del dueño es increíble y te explica todos los platos y recomienda en base a tus preferencias, volveremos seguro.

Impresionante!! Tremendo lugar para disfrutar de un nivel gastronómico que no esperas cuando entras. Mas que recomendable.

Exquisita la comida, lugar muy agradable y acogedor. Tienen una gran variedad de vinos y su carta es variada. Comida fusión, y su personal muy atentos! Felicitaciones a sus dueños, te explican los detalles de cada plato! Vale la pena!! Volveré.

Una excelente experiencia culinaria, sabores extremadamente deliciosos y extraordinarios. Ni hablar del vino!!🍷 Son expertos. Felicitaciones a carlos y Sonia son los mejores anfitriones, te explica los platos de una manera muy original.

Fuimos con unos amigos a probar este restaurante tras varias recomendaciones. Pese a que de primeras parezca que no hay hueco, tiene un comedor dentro bastante recogido y aunque sea pequeño, en ningún rato te sientes incómodo. Desde el primer momento te hacen sentir como en casa, te asesoran en todo momento con las cantidades y la recomendaciones. Además suelen tener platos fuera de carta. Carta de vinos extensa y bien de precio. Un acierto en todo momento. Recomendaría la ventresca con setas, el socarrat y aunque no lo pedimos tenía muy buena pinta el tomate.

Comida más que correcta con atisbos de genialidad. Excelente el servicio pues nos quejamos de la escasez de un plato y nos invitaron. Aquí entienden la hospitalidad. A destacar el tomate rosa con burrata de albahaca.