Fismuler en Madrid

¡GRAN DECEPCIÓN! Habíamos escuchado mucho de este restaurante y realmente nos decepcionó. Hemos ido a otros restaurantes de este grupo y siempre no había ido muy bien (Las tortillas de Gabino y Molino de Pez en Barcelona). La comida nada excepcional. Es más bastante regular. El restaurante es ruidoso.

Visitamos Fismuller Madrid desde Londres en noviembre de 2025 y tuvimos una experiencia maravillosa de principio a fin. Reservamos con una semana de antelación sin ningún problema y nos sentaron puntualmente a las 20:00 en una mesa para cuatro, el primer turno de cena, algo habitual en España. Desde el momento en que llegamos, el servicio destacó por su profesionalidad y amabilidad. El personal fue cálido y atento, haciéndonos sentir muy bienvenidos sin resultar nunca intrusivo. La carta ofrecía una selección equilibrada de platos y vinos: creativa pero sin resultar abrumadora. Cada plato parecía cuidadosamente preparado, con ingredientes frescos y un aliño exquisito. Los sabores se complementaban a la perfección y la presentación era atractiva sin resultar recargada. En definitiva, fue una experiencia gastronómica deliciosa: un ambiente estupendo, una comida excelente y un servicio excepcional. Recomendamos encarecidamente Fismuller a cualquiera que visite Madrid, y sin duda volveremos la próxima vez que estemos en la ciudad.

¡Un restaurante encantador! Platos exquisitos, ambiente estupendo y una buena carta de vinos. El personal fue maravilloso. ¡Lo recomiendo encarecidamente!

Comimos muy bien, platos abundantes. El arroz rojo cremoso con chipiron y cangrejo frito y escalope san roman con huevo y trufa. Esto ultimo lo preparan cuando lo sirven

Una experiencia increíble: el coulant de pistacho estaba espectacular.

¡Una de mis experiencias gastronómicas más memorables! Desde la primera vez que pasamos por delante y vimos la luz de las velas danzando sobre los sencillos manteles blancos y reflejándose en las copas de vino brillante, me obsesioné con la idea de comer allí. A veces una impresión decepciona y otras veces la supera. El refinado ambiente rústico, el servicio excepcional, los sabores creativos y la música de guitarra en vivo, sin duda, superaron mis expectativas. Los platos se elaboran con ingredientes frescos y se sirven en la mesa —mezclando, cortando, rallando queso—, lo que enriquece la experiencia. La yuxtaposición de sabores y texturas fue un deleite para el paladar. Queso cremoso con jamón salado y melocotones dulces con un toque verde. Ventresca de lubina tierna con endivias rizadas cítricas. Carne tierna, perfectamente sazonada y empanada. Un suave flan ahumado con chutney de mango que quizá haya sido el mejor plato que he probado jamás. La experiencia en Fismuler nos regaló una velada romántica deliciosa y con el ritmo perfecto en Madrid. ¡Gracias!

Muy buena experiencia la recomiendo

Ayer cenamos un grupo de 7 en fismuler. Calidad precio 10/10. La cuenta fueron 297€, pedimos dos postres, dos botellas de vino, cerveza y vinos sueltos y 8 platos. Todo muy rico, hay cosas como el pato que no repetiría, muy recomendable el tatin de puerro, el escalope y el steak tartar. De postres la tarta fluida de chocolate y la tarta de queso están muy buenas.

El restaurante se encuentra en un semisotano pero no es agobiante, estética industrial que cuida cada detalle, como por ejemplo donde depositar tus objetos personales. El servicio un poco lento, igual vendría bien algún camarero extra, pero se deshacen en amabilidad La carta muy original, cambia a menudo. El producto estrella su milanesa, pero cualquier plato merece ser probado. Los aliños elaborados y conservados a la vista como extra en decoración son fantásticos, kimchi, etc Las raciones moderadas y los postres deliciosos.

Uno de los alimentos más creativos de la más alta calidad que hemos tenido. Servicio muy amable y profesional. Gran ambiente.