Bodegas Lo Maximo en Madrid

El personal que trabaja en bodegas los máximo es maravilloso. Super fan❤️

La verdad es que si buscas un sitio donde comer realmente bien, este restaurante es una apuesta segura. Siempre que paso por la zona de Embajadores me acuerdo de él, porque tiene una ubicación inmejorable, es muy fácil de encontrar. No es de esos sitios escondidos; lo tienes ahí, a mano. La gente no para de llegar y siempre piden mesa para probar sus platos, que por lo visto son estupendos. Yo me fío mucho de los que repiten, de los habituales, y ellos siempre lo recomiendan. Dicen que la carta es fantástica, muy conocida por sus tapas, que tienen mucho sabor y están hechas con cuidado. Lo mejor es que, aunque la calidad es excelente, los precios no se disparan. No son más caros de lo normal, al contrario, se ajustan perfectamente a lo que recibes en el plato, que es mucho. Eso para mí es fundamental, que haya un equilibrio. Además, para hacerlo todo más fácil, aceptan diferentes formas de pago, lo cual se agradece para no ir con la efectivo justo. Eso sí, un consejo: como siempre está lleno por las buenas opiniones que tiene, es mejor que reserves con tiempo. Si no, te puedes quedar con las ganas. El ambiente dentro es muy tranquilo, no es un lugar ruidoso. Las instalaciones y la comida lo hacen perfecto para ir con niños o con toda la familia, sin duda pasarás un rato muy agradable disfrutando de una buena comida. Y si no, échale un vistazo a las fotos que suben en sus redes sociales; a mí siempre me abren el apetito.

De mis favoritos en Madrid, para todo, cerves, vermús, tapeo.. ellos súper majos y ambiente top

Local auténtico de cocina castiza y escenario de conciertos de bolero en vivo los domingos. Los tres días gestionado por mujeres que mantienen la barra improvisada, vino en cuenco y petalos antiguos colgando. Resortado desde los años 50, brilla por su sencillez: cañitas, paella del día, sangría y charlas improvisadas de amigos junto al mostrador.

Bodegas Lo Máximo lleva más de 70 años siendo parte del alma de Lavapiés. Nació en los años 50 como bodega de barrio y desde el año 2000 lo llevan tres mujeres que han mantenido vivo su carácter auténtico y castizo. Ideal sus vinos, el vermut y las tapas. Si pasas por Lavapiés, debes entrar!

De vuelta del rastro veníamos... Con pocas o ninguna expectativa y de repente, nos encontramos en un lugar con un ambiente inmejorable , unos vinos riquísimos y la excelente atención de Natalia y Fernando . Gracias por abrirnos las puertas de vuestra casa, que a partir de ahora... Será la nuestra. No volveremos a Lavapiés sin pasar a saludaros!. Gracias

Buen sitio para tomar algo y picar unas raciones, el servicio muy bien.

Muy recomendable, buen trato por parte de los camareros, y buena comida. Vuelvo siempre qie puedo.