Zielou en Madrid

Optamos por el menú degustación de nueve pases sin maridaje. Salvo que seas de los que no tiene fondo es más que suficiente. Todos los platos entre muy buenos y para recordar. Destacar la ostra en tempura con caviar, los dumpling de gambón al ajillo, el panipuri con sashimi de atún y el bacalao negro sobre puré de coliflor. Nos atendió Mario durante toda la comida explicándonos con detalle cada uno de los platos con un trato profesional y a la vez cercano. El sitio es bonito y la decoración muy cuidada. Como única aportación negativa la no disponibilidad de Ribera del Duero por copas, algo extraño tratándose de un establecimiento de este nivel. En definitiva, una experiencia absolutamente recomendable con una RCP más que correcta. Volveremos para probar la carta, Juan Sánchez, el chef, al que descubrimos en el tristemente desaparecido Shalakabula, es una máquina de inventarse platos que recuerdas con el tiempo. Un placer.

Vaya diferencia de hace unos años a ahora, lo que ha mejorado. El sitio espectacular de bonito. La comida inmejorable por no decir los camareros también y como no la musica y el dj son de lo mejor. He ido varias veces y seguiré repitiendo.

Las zamburiñas y el steak tarta buenísimo!! Las berenjenas chinas no tanto. El sitio precioso, buen ambiente. Buena atención. Comida muy rica. Sitio con precio elevado, pero lo merece.

Zielou en la Estación de Chamartin es un espacio espectacular, no al uso, cuenta con una Carta,y un asesoramiento por parte del personal, que cubre todas tus expectativas. Ellos se definen como “Un Oasis gastronómico donde desafiamos sus sentidos” Muy ajustado a nuestra experiencia con ellos. Nos gustó y con ganas de volver.

Fuimos a comer el menú degustación corto, el cual consta de 9 pases sorpresa y no se pueden hacer sugerencias o modificaciones. A lo largo de la comida probamos tres variedades de pan distintas( de pasas y nueces, de cereales y con aceitunas negras, y nos quedamos con el de cereales ya que los otros apenas llevan el ingrediente que se supone que los caracteriza. El primer plato fue un gazpacho con tartar de lulo, polvo de jalapeño y hoja de mosaico (la cual sabe a pepino), y estaba increíblemente bueno. Continuamos con un hojaldre caramelizado con mantequilla, anchoa y perlas de aceite, el cual es una auténtica delicia si te gusta la mantequilla, y seguimos con una ostra en tempura con beurre blanc y caviar que nos encantó (pese a no ser de ostras). El siguiente pase fue burrata con trufa y aceite de ajo, y es de las mejores burradas que hemos probado sin duda (el aceite le da un toque espectacular). A continuación nos sirvieron una alcachofa con salsa pepitoria y papada ibérica marcada a la brasa, la cual es increíble aunque no seas mucho de alcachofas por la salsa. El siguiente pase fueron unos dumplings rellenos de gambones al ajillo con pan chino, y nos encantaron también (increíble el pan chino, mucho mejor que los proporcionados al inicio de la comida). El último plato del mar fue un bacalao Black Cod sobre crema de coliflor con judias chinas y vinagreta (el bacalao estaba rico pero tenía alguna espina, y la crema de coliflor espectacular). Como única opción cárnica en el menú nos sirvieron un corte de Black Angus con reducción de mole poblano y patata trufada, y fue una gran decepción ya que la carne estaba muy pasada, resultando excesivamente seca (las patatas trufadas sí estaban ricas). Como último pase y postre, probamos fruta de la pasión en diferentes texturas (cuatro para ser exactos ), y no nos convenció (el jarabe demasiado dulce, y las tejas sin sabor). Repetiríamos el restaurante a la carta ya que ha habido muchos platos que nos han encantado, pero consideramos que el menú debería de ser conocido con anterioridad (ni siquiera te lo dan al iniciar la comida, vas descubriendo cada plato conforme es servido en la mesa), y sería de agradecer poder hacer alguna sugerencia en los platos (preferencia por carne o pescado, gusto en los postres, aversiones…).

El lugar es muy bonito y la atención del personal fue excelente. Sin embargo, tuvimos un inconveniente. Habíamos reservado una mesa específicamente para ver la final de la Champions League, como promocionaban en su página web. Para nuestra sorpresa, al llegar nos informaron que no podían poner el sonido del partido porque estábamos en un restaurante, no en un bar, según nos dijo la encargada, me pareció fuera de lugar el comentario. Esto fue decepcionante y tuvimos que ir a otro restaurante para ver la final con sonido.

Ambiente tranquilo y muy acogedor, jefa de sala muy profesional y comida muy elaborada con gran presentación.

Fui con mi pareja a la hora de almorzar y nada más entrar al restaurante nos recibió una chica joven muy simpática. La comida muy buena y el sitio muy bonito. Lo recomiendo 100%

Elección por cercanía ,la decoración era muy bonita,la comida estuvo genial ,destacaría la ensaladilla de algas,no tiene menú ,es un poco caro. Era jueves al mediodía no había mucho ambiente.

Muy buen servicio y muy buena presentación. Amabilidad extraordinaria de los camareros. La comida toda muy rica pero bastante escasa y a precio elevado. Dudo que vuelva