Hemos ido varias veces al restaurante y son todos muy simpáticos menos uno de ellos, un borde de narices, es el chico, te habla mal, un maleducado y un arrogante, dan ganas de irse sin pagar.
Sitio pequeño, un poco ruidoso y además hacía un poquito de frío, nos atendieron muy bien y la comida estuvo bastante decente, raciones abundantes. Precio asequible
Reservamos para ir a comer en la app the fork que nos otorgaba un 30% de descuento sobre la carta (excluía bebida y postre). Al llegar, el mozo nos aclara esta exclusión que, como fue avisado con antecedencia en la aplicación, nos pareció correcto. Al momento de pedir, entre otros platos quisimos comer papas bravas a lo que el camarero nos indica que no tienen descuento por ser un plato de 6 euros. Procedo a discutir con el mismo ya que dicha condición no era lo acordado al momento de reservar y no lo creía justo, siendo esto una vulneracion a mis derechos como consumidor. Luego del ida y vuelta termina accediendo a realizar el descuento en el total de los platos, pero a esa altura ya se había enturbiado la noche por el percance sufrido. No es agradable ir a consumir a un lugar y que se quieran pasar de vivos con uno. Una pena porque la comida estaba deliciosa. Luego de esto, tanto mi mujer como yo sentimos que el trato del personal de sala hacia nosotros no fue ni por asomo el mejor.
Comimos de menú el domingo,Fideuá y cachopo,genial!! Y la señorita que nos atendió sumamente educada y profesional. Un gustazo encontrar sitios y sobretodo personas así. Gracias
Visitamos por segunda ves este local para probar nuevos platos: ensalada escasa y sin sabor,revuelto de setas con gulas, las setas había que buscarlas con atención las gulas inexistentes, pulpo sin sabor mal condimentado y con patatas poco cocidas, un entrecot muy fino y demasiado hecho, se salvo la tarta de queso.
No repetiremos.