Virgen De La Esperanza en Calasparra

En un entorno privilegiado, a la orilla del río Segura, se encuentra este bonito restauranre, donde se preparan deliciosos arroces, naturalmente con la excepcional materis prima de Calasparra, Murcia, conocida internacionalmente por su arroz. El paisaje es magnifico y el Santuario de la Esperanza, excavado en una cueva, también.Os lo recomiendo por la amabilidad y eficacia del personal y la belleza del sitio.Para los que no les guste el arroz, el resto de la carta es también muy recomendable con buena relación calidad precio.

Todo muy bueno en un entorno super chulo. Hay que sumar el servicio de Isabel María que ha sido estupendo, muy agradable y atenta. Una experiencia para repetir!

Regular. Para comer sin más pretensiones. Mucho público. Relación calidad/precio: caro.

Hay un chico de camarero que es increíble y muy atento.

Las 4 estrellas es por el servicio tan lento (creo que no por culpa de los camareros) porque lo demás estuvo muy bien, aunque hay algo ahí a solucionar. Carta extensa, buen arroz y el sitio… Está genial y no es caro para los tiempos que corren. Para repetir, sin duda.

Espectacular, tanto por su ubicación como por su comida. Está junto al Santuario de la Virgen de la Esperanza, que se puede visitar gratis y tiene a su vez un paseo junto al río Segura muy agradable. En cuanto al restaurante todo perfecto, pedimos unos cafés asiáticos primero en la terraza que estuvieron muy bien, el camarero hasta nos explicó algunos trucos de cómo se hacen, lo que demuestra que hay esfuerzo y cariño en su trabajo. La comida no defraudó, las croquetas de jamón y pollo estaban riquísimas, muy jugosas y acompañadas con una salsa de pimientos muy rica. También comimos un plato de gambas con gulas al ajillo que estaban muy buenas. Y finalmente el plato fuerte, un arroz empedrado de costillejas que estaba increíble, de los mejores que he probado (nada que envidiar a alguno famoso de Valencia), ya sólo el arroz tenía muchísimo sabor, pero es que las costillas se deshacían de lo tiernas que estaban. Los postres bastante buenos también, tanto mi tarta de la abuela como el pan de calatrava. El personal todos muy amables, de 10! Nos quedamos con ganas de probar más cosas, sin duda repetiremos.

Espectacular, tanto por su ubicación como por su comida. Está junto al Santuario de la Virgen de la Esperanza, que se puede visitar gratis y tiene a su vez un paseo junto al río Segura muy agradable. En cuanto al restaurante todo perfecto, pedimos unos cafés asiáticos primero en la terraza que estuvieron muy bien, el camarero hasta nos explicó algunos trucos de cómo se hacen, lo que demuestra que hay esfuerzo y cariño en su trabajo. La comida no defraudó, las croquetas de jamón y pollo estaban riquísimas, muy jugosas y acompañadas con una salsa de piquillos deliciosa. También comimos un plato de gambas con gulas al ajillo que estaban muy ricas. Y finalmente el plato fuerte, un arroz empedrado de costillejas que estaba increíble, de los mejores que he probado (nada que envidiar a alguno famoso de Valencia), ya sólo el arroz tenía muchísimo sabor, pero es que las costillas se deshacían de lo tiernas que estaban. Los postres bastante buenos también, tanto mi tarta de la abuela como el pan de calatrava. El personal todos muy amables, de 10! Nos quedamos con ganas de probar más cosas, sin duda repetiremos.

La comida excelente, el ambiente y el paisaje ideal en un entorno de montaña con el río al pie del restaurante. Destacar el servicio del camarero, Pedro, muy amable, cercano y atento. Apetece mucho repetir.

Un lugar increíble, ya sea para parar a comer durante un viaje, o para pasar un día agradable (está en frente del Santuario de la Virgen de la Esperanza). Los alrededores son idílicos para dar un paseo o hacer una ruta, pero el restaurante es aun mejor. Tiene una agradable terraza con vistas al rio Segura donde, en nuestro caso, disfrutamos de un delicioso café asiático (típico de Murcia). El personal super-amable. El camarero nos estuvo enseñando los trucos de como hacer este café, y en detalles como este te das cuenta de la calidad profesional y humana de los trabajadores de este restaurante. Tras la visita al santuario, disfrutamos de una comida maravillosa: De entrantes unas croquetas de jamón y pollo con una salsa de piquillo espectacular. También unas gambas al ajillo con gulas que estaba deliciosas. El plato fuerte un empedrado de costillejas (hecho con arroz de calasparra) que nos hizo chuparnos los dedos. Poco tiene que envidiar a otros templos del arroz como Casa Carmela de Valencia. Si nunca lo has probado, no dejes de pedirlo, y recuerda encargarlo! De postre tomamos un pan de calatrava, otro postre típico de la región, y de los mejores que he tomado, y mi mujer una tarta de la abuela. En definitiva, un acierto seguro.

Ideal para comer después de visitar el Santuario. Comimos arroz con pollo y conejo y estaba más que bueno, recién hecho, te traen la paella completa para ti. De postre pan de Calatrava, espectacular. Nos atendió Darío, amable, simpático y muy atento a pesar que el lugar estaba a tope de clientes. Muy recomendable