Venta Magullo Restaurante en La Lastrilla

Este bar-restaurante de El Sotillo de La Lastrila está muy bien. Hay un jardín con columpios para la diversión de los niños. He comido tortilla de patata y está estaba muy jugosa y muy buena.

Estuvimos comiendo a la carta el día de la hispanidad, los platos muy buenos y el trato excepcional, en especial de Juan Pablo, muy profesional y amable.

Hotel rústico. Un poco viejito pero limpio y amplio. El personal muy amable. Con gastrobar. Muy bien para aparcar y cerca del acueducto ( a un paseo)

Restaurante sito en el pueblo de La Lastrilla, lindero con Segovia capital. Cuenta con un amplísimo aparcamiento y con hotel, aunque no me he hospedado nunca. Sus comedores son muy agradables, amplios y cómodos. Cuenta con jardines y terraza. El servicio es muy profesional. Su carta es muy varada y extensa. Su bodega es bastante interesante contando con representaciones de casi todas las DO. La relación calidad precio es muy buena, por ello es una excelente opción para comer si visitas Segovia, si no te importa coger el coche y desplazarte.

El colchón como una piedra, durísimo, la cama hecha regular, al andar descalza los pies terminaron negros. El servicio de recepción encantadores, super amables. La ubicación perfecta, la TV sin conexión a internet, se iba cada dos por tres.

Hemos ido muchas veces a comer porque siempre hemos salido contentos, pero con lo de ayer nos han ganado ya para siempre... Celebramos el cumpleaños de mi madre y se portaron increíble. Desde el equipo de recepción que nos dió todo tipo de facilidades para todas las ideas que teníamos para la celebración, hasta el equipo de camareros que nos atendieron encabezados por Luis: Clara, David y Pablo (perdón si me dejé a alguien). Estuvieron súper atentos durante toda la celebración y siempre con una sonrisa en la boca. Un equipo de 10 para un día inolvidable. Muchas gracias por todo! 😊

Fiasco. Es la segunda vez que nos hospedamos en Venta Magullo, hemos repetido porque la primera vez hace unos años salimos muy satisfechos pero esta vez ha sido una decepción tras otra, desde el momento en que nos dan una habitación pequeña, oscura y con elementos más de una pensión que de un hotel galardonado como este. Interruptores y muebles de Cuéntame, canaletas para llevar corriente, despegadas de la pared, un aíre acondicionado obsoleto, y una TV de 19" aprox. que no sirve para nada. Colchón de muelles bastante incómodo. El desayuno del primer día tuvimos que pedir en la barra y llevarlo a la mesa al contrario que la anterior vez que estuvimos y también el segundo día, que nos atendieron en mesa del comedor. Todo el personal tanto en recepción como en el bar, muy amables y agradables. La comida y la atención sigue siendo de 10, Lo más vergonzoso y que hace que no volvamos más, fue salir de la habitación a las 8:45 de la mañana, dejar el cartel de limpiar la habitación, y al volver a las 15:00, encontrarnos con la habitación SIN RECOGER, algo absolutamente inédito que nunca nos había pasado en ningún hotel donde hemos estado. Creo que deberían hacer una reforma de las habitaciones, ya que familiares que también estuvieron hospedados nos dieron una opinión parecida incluso no tenían corriente en algunos enchufes de la habitación. Gracias de todas formas.

Una experiencia absolutamente recomendable en todos los sentidos. El Hotel Restaurante Venta Magulló es mucho más que un lugar donde alojarse o comer: es un rincón lleno de hospitalidad, profesionalidad y cariño por el detalle. Desde el primer momento en recepción, se nota la calidad humana y la profesionalidad de su equipo. La atención es cercana, amable y resolutiva, siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudar en todo lo necesario para que la estancia sea perfecta. En cuanto al restaurante, la experiencia gastronómica supera las expectativas. La cocina combina tradición segoviana con un toque moderno, platos bien presentados y de sabor auténtico. Pero, sin duda, lo que hace que la experiencia sea inolvidable es el equipo de restauración: atentos, profesionales y con un trato exquisito que hace sentir al cliente como en casa, cuidando cada detalle para que todo sea perfecto. En conjunto, el Venta Magulló es un ejemplo de cómo un hotel-restaurante puede marcar la diferencia gracias a la calidad de sus profesionales, que ponen pasión y dedicación en cada gesto. Sin duda, un lugar al que volveré y recomendaré siempre.

Un trato llano, me encanta ir con la familia, Sergio el camarero es un gran profesional siempre nos trata súper bien. Repito seguro.

Fui con un amigo, por temas de negocios ya que estábamos por la zona, nos lo recomendaron que se comía muy bien y las expectativas eran altas, nada más lejos de la realidad, la atención al cliente fue correcta y el menú ejecutivo que fue el que pedimos con el café fueron unos 25,70€ por persona, Nada desmesurado si comes bien pero si no es asi, se te queda un sabor agridulce y digo eso por qué pedimos de primero judiones de la granja que estaban buenos, y de segundo entrecot aquí patinaron, el entrecot parecía que lo habían partido por la mitad y nos lo dieron a mí amigo y a mí, que mínimo que si cobras ese dinero la comida este a esa altura.por todo eso no lo recomiendo