Vandelvira Restaurante en Baeza

Los platos no solo son deliciosos y llenos de matices, sino que también están exquisitamente preparados, con una elegante vajilla que complementa a la perfección la comida. El menú degustación incluye ingredientes de especialidades locales de temporada, incorporando ingeniosamente diferentes matices, variedades y grados de maduración del aceite de oliva virgen extra a los ingredientes locales, dando como resultado una fusión de estética moderna e innovación local.

Un restaurante de una categoría muy alta, la comida tiene un nivel altísimo en sabores, algún plato algo demasiado minimalista en exceso, y el servicio quizá demasiado atento, está bien disponer de algo más de tiempo para comentar los platos con tu pareja en intimidad, pero repito la comida que es lo principal un 10.

El lugar precioso, el servicio estupendo pero la comida aunque de calidad, escasa. No somos de comer mucho y con el menú corto ha sido insuficiente. Por otro lado, no nos parece acorde a la categoría del lugar que te ofrezcan un cóctel de aperitivo y no te digan que se paga a parte ni el coste del mismo.

Experiencia de 10! El menú espectacular, además, tuvieron en cuenta que mi marido había ido hacía poco tiempo y adaptaron el menú para que probase cosas nuevas. Mil gracias por vuestra atención, ha sido estupendo! Repetiremos!

Vandelvira no es solo una comida, es una experiencia, desde el entorno que es precioso hasta el último cubierto que usas. El servicio es impecable, atentos, serviciales, gracias por hacernos sentir tan agusto. La cocina a la vista de todos es un espectáculo para los sentidos, mas que una cocina parece un laboratorio donde ves a cada chef preocuparse del mas minimo detalle. He realizado el menú embarazada y han adecuado absolutamente todo, gracias. Enhorabuena 👏 a todas las personas que hacéis que cada visita sea una experiencia inolvidable a los sentidos. Os recomendaremos y visitaremos de nuevo sin duda. Julia

Magnífica experiencia culinaria la vivida ayer. Menú degustación muy a la altura de esa Estrella Michelin. Personal perfectamente cronometrado. Servicio impecable. Por poner alguna pega, y en comparación con las visitas a otros restaurantes de este nivel, faltó la salida en algún pase del chef. Por lo demás, 100% recomendable.

Fantástico restaurante en una ciudad maravillosa. Lugar emblemático y atención esquisita.

Una experiencia gastronómica excepcional. Cada plato del menú mantiene una armonía y coherencia perfectas, tanto en sabores como en presentación; se percibe un hilo conductor que da sentido a todo el recorrido culinario. El espacio, un antiguo monasterio renacentista, es sencillamente espectacular: sobrio, elegante y con una atmósfera que invita a disfrutar sin prisas. La restauración del edificio y la puesta en escena respetan su esencia histórica, creando un entorno único. El servicio es impecable, atento sin resultar invasivo, con explicaciones precisas y una gran sensibilidad hacia el ritmo de cada comensal. En conjunto, una propuesta gastronómica madura, equilibrada y profundamente coherente, a la altura del entorno monumental de Baeza. Cada detalle refleja respeto por el producto, el entorno y el comensal.

Hemos acudido a una boda y ha sido espectacular, ambiente muy cuidado, la comida deliciosa y la atención inmejorable. Un 10!

Disfruté de esta experiencia asombrosa con su menú degustación y maridaje. El lugar es sin duda un plus, desde que entras y te reciben en semejante espacio, ya sabes que va a ser algo no visto antes, los diferentes salones en formato longitudinal con vista siempre de la cocina (de concepto abierto) y una barra que te acerca a vivir la experiencia más inmersiva, es un acierto. Tienen también una terraza a la que te invitan a disfrutar una vez ha terminado la experiencia (acompañan con surtido de chocolates y cafés). El servicio de profesionales fue de diez, no había ningún momento en el que faltase agua, pan, rellenar copas de vino, recoger migas…cuenta con un equipazo de profesionales. Vamos a lo que a toda buena boca la interesa, la comida. Había platos realmente exquisitos, sabores nuevos, sabores tradicionales, sabores de casa, sabores de sitios, sabores de niñez. Había platos que me transportaban a momentos, si eso lo hace un plato, ya sabes que no lo tienes ni que vender, se vende solo. Una variedad inmensa, hay para todos los gustos y de todas las formas. Volvería a repetir la experiencia sin duda.