Trinidad en Toledo

Comida moderna. La costilla de ternera bien cocida, pero la salsa demasiado recargada.

Bien, buena comida y precio aceptable. Es cierto, que com el precio del menú (casi 17€) sorprende que no incluye ni pan ni café

Desayunamos dos días seguidos y estuvo estupendo muy buena atención y lo mejor tienen productos sin gluten tome unas tostadas sin gluten fantásticas

Comimos muy bien, pedimos ensalada, venado y espaguetis, de postre tarta de zanahoria y tortitas, buen precio y atención de diez. Tiene buen ambiente y una decoración muy original!!

Un almuerzo verdaderamente excelente con delicias españolas y no españolas. ¡La blusa cruzada! Ambiente informal y en pleno centro.

Para mí uno de los mejores sitios para desayunar, está al lado de la catedral, el ambiente es acogedor y los camareros son muy agradables. Puedes ir con silla de bebe porq hay rampa y tienen trona, además tienen muy buena carta para comer y cenar

Un alto en el camino con una copa en Toledo No opino de la comida puesto que no la hemos probado.

Sitio agradable con un personal muy amable y comida apetitosa, sitio para comer aconsejable.

La comida estaba buenísima, me pedí un poke y estaba flipante, un amigo se pidió la amburguesa de pollo con pan Brioche y genial. Lo único q al pedir la cuenta lo tuvimos q preguntar 3 veces, pero por el resto genial, gran variedad de música de ambiente

He estado en La Malquerida dos veces desde que llegué a Toledo y, sinceramente, se ha convertido en mi lugar favorito de la ciudad. A pesar de su nombre, que se traduce como "La mujer no amada", una referencia poética a una antigua obra de teatro española, todo en este lugar es lo opuesto a no ser amado. Está lleno de calidez, sabor y personalidad. Desde el momento en que entras, el ambiente es vibrante y acogedor. La decoración es colorida, ecléctica y llena de encanto (texturas rústicas, arte único en las paredes, iluminación tenue) y se siente como una acogedora joya local con un alma distinta. Se nota que este no es un restaurante más; es un lugar con una historia. El personal es maravilloso: increíblemente amable, paciente y acogedor, especialmente para alguien como yo que no es un hablante nativo de español. Su amabilidad realmente eleva toda la experiencia y te hace sentir como en casa. Uno de mis toques favoritos: cada mesa es recibida con papas fritas y un pequeño bocado de entrada de cortesía, ¡uno diferente en cada visita! Es una sorpresa tan encantadora y, en ambas ocasiones, los bocados estaban llenos de sabor y muy bien presentados. Son esos pequeños detalles los que causan una gran impresión. En cuanto a la comida, guau. El pan de salmón fue excepcional. Una tostada abierta con capas de salmón bellamente sazonado, sabores atrevidos y la cantidad justa de hierbas y condimentos. Es sabroso, fresco y lleno de profundidad. Visualmente, es igual de impresionante: vibrante, colorido y decorado con cuidado. Migas de Manchego: un plato tradicional local, y aquí es absolutamente delicioso. La textura es quebradiza pero suave, impregnada de la rica esencia de nuez del queso manchego. Es comida rústica reconfortante bien hecha: sabrosa, terrosa y auténtica. El pollo Satay fue otro punto destacado. Brochetas tiernas y jugosas con una sabrosa y aromática salsa satay. Es cremoso, con sabor a nuez y perfectamente condimentado, lo que hace que cada bocado sea saciante y fresco. La presentación fue limpia y apetitosa, sencilla pero elegante. Y, por supuesto, me he enamorado completamente de la sangría desde que estoy en España, y la de aquí podría ser mi favorita hasta ahora. Es refrescante, afrutado y perfectamente equilibrado; sinceramente, no creo que me canse nunca de él.