Treze en Madrid

Treze Restaurante ofrece una merecida calificación Michelin gracias a la excepcional ejecución de platos cuidadosamente elaborados que demuestran tanto habilidad técnica como visión creativa. El restaurante demuestra por qué ha logrado este prestigioso reconocimiento con preparaciones de alta calidad en sus múltiples tiempos. Los entrantes, que incluían croquetas de jamón y ensalada, fueron decentes y constituyeron una base sólida para la comida, aunque no destacaron especialmente entre los excepcionales platos que siguieron. La carrillera de res estofada estaba suculenta y deliciosa, con esa ternura que se cocina a fuego lento y que transforma este humilde corte en algo extraordinario. Los sabores ricos y profundos demostraron la maestría de la cocina con las técnicas tradicionales de estofado. El filete estaba excelente, mostrando la calidad de sus ingredientes y una cocción precisa que cumple con los altos estándares que se esperan de un establecimiento con calificación Michelin. El plato estrella de toda la comida fue el pichón asado, perfectamente cocinado, acompañado de gyozas de res: una combinación inspirada que fusiona influencias europeas y asiáticas con una ejecución impecable. El pichón estaba en su punto ideal, mientras que las gyozas aportaron un acompañamiento inesperado pero armonioso. En cuanto a los postres, la tarta de manzana tenía más manzana que tarta y resultó ser un gusto adquirido: nada dulce, atractiva para quienes prefieren un final menos azucarado, pero potencialmente desafiante para quienes esperan el dulzor tradicional de los postres. El hojaldre de café estaba delicioso, con un final dulce más convencional, pero con una elaboración experta. Aprecié especialmente la flexibilidad del menú para pedir medias raciones y raciones completas, lo que permite a los comensales personalizar su experiencia y probar más platos sin comprometerse con raciones demasiado grandes. Además, el comedor privado fue perfecto para mi grupo de 10 personas, ¡y tuvimos un camarero encantador que hablaba inglés y español!

Comimos muy bien. Recomiendo el Steak Tartar y el pichón. Servicio atento y de calidad.

Un sitio genial! Fuimos mi pareja y yo a celebrar nuestro compromiso e hicieron que nuestra noche fuera aún más especial de lo que ya era. La comida es buenísima. Volveremos seguro!

Soy cliente habitual y el sitio no defrauda en absoluto, comida increíble y precios muy adecuados a la calidad del producto tanto la parte de restaurante como la de bar. Pero es verdad que la última vez las personas que nos atendieron en la zona de restaurante no tenían la misma cercanía que las veces anteriores. Igualmente un 10.

Recomendable 100 x 100. Siempre lleno, solo con reservas.

Uno de esos restaurantes de Madrid en los que se mantiene la cordura en precios, el amor por el vino (a precios razonables), el respeto al producto y un entorno agradable que invita a no salir de ahí. Los mejores meses para visitarlo son de final de octubre a final de enero, donde el comensal podrá encontrar la magia de un buen corzo, perdiz, codorniz, jabalí, pichón y casi cualquier producto de temporada de caza. IMPRESCINDIBLE

El local es acogedor, moderno y agradable La carta es variada y ofrecen además sugerencias fuera de carta, lo cual se agradece. Pedimos las anchoas de entrante, correctas sin más, y el bonito para compartir, que estaba bien. El plato principal fue un arroz con gambas, el fumet era realmente sabroso y las gambas, de que calidad y en su punto. Sin embargo, el arroz no estuvo a la altura, por fuera estaba pasado y por dentro, duro, lo que hizo que el plato, pese a su buen fondo, no terminara de funcionar. Una pena, porque la base del plato era excelente y con un arroz bien trabajado habría sido redondo. Cabe mencionar que la espera entre platos fue larga. La carta de vinos correcta. Aun así, valoramos la atención del servicio y la calidad del producto en general. Volveremos en otra ocasión para probar algún otro plato que recomendaban. Gracias

Fuimos 7 amigos. Pedimos ensaladilla, bravas, saams de oreja, brioches de chipirones, sandwiches de costilla, 4 postres. Todo muy bueno, en especial los saams y los sandwiches/brioches. Nos atendieron y recomendaron muy bien. Salimos a 30 euros con varias cervezas por persona. Volveremos!

Elegante, fresco y principalmente, creo, patrocinado por los residentes locales bien escorados. Zona de comedor ordenada y bien iluminada con asientos de bar alrededor de la ventana para comer y beber más informal. Comida de muy alta calidad. Tenía los excelentes camarones transparentes fritos con un huevo frito en la parte superior, pero las alcachofas confitadas eran muy buenas también. La estrella del espectáculo fue la paloma con los postres un segundo. Selección razonable de vinos por copa y personal feliz de inventar un brebaje de menta y jengibre para alguien que desee una bebida sin alcohol. Servicio profesional y amable y muy buena relación calidad-precio en Euro 120.

En un espacio muy agradable en pleno barrio de Salamanca este local tiene todo lo que se puede desear para tener una estupenda experiencia gastronómica. Carta de comida amplia (a destacar los platos de caza y temporada), fueras de carta detallados (ostras, setas, pixin…), personal profesional, sumiller muy colaboradora para poder elegir el vino (o el maridaje, si se deja en sus manos) sin temor a equivocarse. Precio como corresponde a la calidad ofrecida. Para volver.