Ten con Ten en Madrid

Nos lo pasamos genial, la comida de muy buena calidad y riquísima. Buena relación calidad-precio. Recomiendo especialmente el salmón tártaro con caviar negro, el risotto de comino y la tarta de manzana.

Sabores sofisticados en Ten con Ten: una joya madrileña. De principio a fin, Ten con Ten impresionó con sabores audaces y platos creativos. Las colmenillas y las gambas crujientes fueron el comienzo perfecto. La panceta crujiente estaba rica y tierna, mientras que la carbonara de trufa era exquisita y perfectamente equilibrada. Ambiente moderno, servicio atento y comida inolvidable: una visita obligada en Madrid.

¡Tenía ganas de probar este lugar y finalmente! Sólo el comienzo cuando dan todos los aperitivos gratis, ¡todo muy rico! ¡Especialmente los quesos! ¡¡Nos dieron 3 tipos!! ¡¡Mi plato favorito es el Risotto Semolla con trufa negra!! ¡Es como su restaurante hermano Numa Pompillo! ¡Ambos son buenos restaurantes italianos!

Visitamos desde Londres con un grupo de nueve personas para celebrar el 30 cumpleaños el sábado 12 de abril. La comida era decente, aunque no particularmente memorable, especialmente en comparación con otros restaurantes del mismo rango de precios en Madrid. El ambiente, sin embargo, era genial. Cenamos en la zona más tranquila y apartada del restaurante, que ofrecía un ambiente agradable. Al entrar, el local dispone de una elegante coctelería con buena música. Nos hubiéramos quedado a tomar algo después, si no fuera por el decepcionante servicio. Desafortunadamente, el servicio fue donde la experiencia realmente se quedó corta. A lo largo de la noche, nos atendieron tres camareros diferentes, lo que creó confusión e inconsistencia. El primer camarero no tomó nuestro pedido correctamente y se olvidó una de las comidas. Si bien ocurren errores, lo que se destacó fue la falta de responsabilidad; en lugar de una disculpa adecuada, la respuesta fue del tipo: "Oh, el otro camarero no debe haberlo incluido". Habíamos planeado una sorpresa para la cumpleañera con postre y velas a medianoche, pero la sorpresa se estropeó cuando el camarero empezó a preparar el postre a plena vista en la estación de camareros cercana. Más tarde en la noche, nos atendió otro camarero (un hombre asiático, de unos 30 años; desafortunadamente no supimos su nombre, pero esperamos que el gerente pueda identificarlo), que tenía una actitud notablemente arrogante. Hasta este momento, no habíamos presentado ninguna queja, ya que entendemos que el servicio puede ser agitado. Sin embargo, después de múltiples errores y luego de recibir tal desdén (encogernos de hombros y simplemente decir "oh, está bien" cuando expresamos nuestra insatisfacción), nos dejó una impresión negativa. Con todo, si bien el lugar tiene potencial con su ambiente y bar, el servicio desorganizado y descuidado lo convirtió en una experiencia decepcionante para lo que debería haber sido una celebración especial.

TenconTen es un restaurante de primer nivel, con un ambiente inmejorable y una comida espectacular, la atención es muy buena, se aconseja hacer reserva online y jamás decepciona, 10 de 10 👌🏻

Teníamos muchas espectativas puestas, que se esfumaron como el humo apenas cinco minutos de entrar. Exigen cosas al reservar que ellos son los primeros en incumplir. Tuvimos que esperar bastante y estar atentos para que nos dieran la mesa supuestamente reservada, tardaron en tomar nota, y entre primeros y segundos platos más de una hora de distancia. Lo único que se salvo un poco fué el buen hacer e interés del camarero que teníamos asignado, hizo lo que pudo dentro del caos existente.

Restaurante espectacular donde la comida es algo diferente a lo convencional. ¿Quién come una lasaña verde intenso?.. pues.. muy rica. Ambiente reservado y agradable.

Un restaurante realmente bueno con muy buen servicio y buena comida española. Hay muchos camareros y todo va rápido.

Elegante ambiente informal, animado y deliciosa comida preparada. Cócteles creativos, aperitivos/tapas y entradas

Si buscas un lugar para cenar tranquilamente, este restaurante entre Serrano y Velázquez no será tu paraíso, te lo aseguro. Aquí todo va a saco, literal y metafóricamente. Hacen dos turnos para cenar y se nota. El espacio está tan aprovechado que no sabes si compartes mesa o encajas en el comedor como una pieza de tetris. La proximidad con otros comensales deja poco lugar para la intimidad. El ambiente es más estresante que relajante, aunque el servicio es de primera. Los camareros son amables, rápidos y empáticos, una auténtica tabla de salvación en medio del caos. ¿La comida? Correcta, pero no esperes nada que te emocione. Cuando se acerca la hora de cambiar de turno, te traen la cuenta sin contemplaciones y, con una sonrisa, te animan a dejar libre la silla. ¿Un consejo? Quizás deberían dar más espacio para que la gente digiera mejor, no solo la comida, sino también la experiencia.