Temptation en Madrid

La comida es buena y original, cuidado con las raciones porque fácilmente puedes exceder una ración habitual estándar.

Reseña de marzo de 2023: Tenía muchas ganas de probar Arallo taberna, una barra moderna basada en la cocina gallega, que prometía sorprender con precios algo más altos que la media. La experiencia fue algo agridulce. En general, la presentación y la ejecución de los platos fue estupenda, pero el sabor de los mismos no terminó de encajar con nuestro paladar. Creo que podíamos haber elegido mejor, así que no descarto volver para comprobarlo. El personal fue muy amable y conoce perfectamente todos los platos. Además nos comentaron algún fuera de carta. La carta es bastante variada, y todos los platos prometían ser potentes de sabor. También tienen cócteles. Probamos: -Bocadillo suso de gambón (15.50€). Un pan muy tierno bien tostado, con una salsa de kimchee, un par de gambones rebozados, completado con unas rodajas de tomate, hojas de rúcula y cebolla morada. Estaba rico pero no aportaba mucha novedad. -Guiso de setas asiáticas (16€). Con las setas enoki fritas y las hojas de berza. No vimos el guiso por ningún lado... De no haber estado fritas me hubieran gustado infinitamente más. -Gyozas de suquet de marisco (19€). Servidas sobre una salsa, con pan frito y berza frita. -Dumplings de cocido gallego (21€). Muy parecido en estética al plato anterior, estos dumplings vienen sobre un caldo y con berza. -Canelones de rabo de toro (24€). Vienen tres canelones, bien rellenos de una carne jugosa y con una salsa densa llena de sabor. Terminamos con el postre de chocolate (7€). Nos lo vendieron como algo super sorprendente, y aunque es verdad que tiene texturas diferentes y la presentación promete mucho, creo que nos hubiera aportado más otro postre. En general, como no disfrutamos al 100% todos los platos, nos pareció bastante caro. Pagamos 37€ por persona, bebiendo agua.

Me preocupaba la fusión japonesa (no me gusta el sushi ni la comida cruda), pero no puedo decir mas que increíble. Comida, postre… todo. Recomendable 100%

No está mal pero si ponen un poco más de carnes y algo frito no estaría mal pero es una buena experiencia

Local moderno de estilo industrial y desefandado. Para mí gusto la música en cierto momento demasiado alta. En cuanto a la comida le faltó gracias a casi todo. Nos decidimos por los platos fuera de carta, bocadillo en pan de cristal de cigalas, muy soso como con falta de salsa o algún toque que le hiciera especial. Donut de calamar en su tinta, original pero al guiso, lo importante, le faltaba potencia, probamos unos dumpling de parmentier que es lo que mas nos gustó junto a los raviolis, el resto de platos pasaron sin pena ni gloria. El servicio muy lento entre plato y plato. El menaje lo cambian muy a menudo, a veces no necesariamente pero es un buen gesto. No pedimos postre, ni vino ni café. Precio por persona 44.

La comida estaba muy sabrosa y elaborada, la cocina muy buena y el trato de los camareros bastante bueno. Quizás deban hacer menos ruido los chefs con las cazuelas y sartenes cuando están los clientes en barra. ¡Repetiremos y recomendaremos!

Estuvimos cenando muy a gusto, la comida en general bastante rica. Destacaron además del steak tartar, los mejillones con curry verde, el ceviche con fruta de la pasión muy rico, y siempre suelen tener algún fuera de carta para variar. Los cócteles muy ricos! Y todo muy bien relación calidad/precio.

¡Increíble lugar! Pedimos el menú para grupos (tercera opción) con varios tiempos y el tuétano está BRUTAL. Seguimos con unas costillas que molaban mogollón. Buena selección de vinos, como Rabia. Si estás por la zona, recomendadísimo.

Comida muy buena y los platos son perfectos para compartir. Las croquetas y el tuétano son un fijo.

Muy buena comida… platos para compartir para disfrutar con amigos. Personal muy amable.