Una encrucijada de sabores a los pies de la Puerta de Alcalá de Madrid, donde explorar una fusión de sabores y gastronomías de diferentes partes del mundo.
Un clásico que no falla, ambiente agradable, un espacio cuidado y el servicio siempre impecable. La comida ha sido un 10, y el camarero que nos ha atendido Daniel ha sido super atento con nosotros, nos ha resuelto dudas con los platos y nos ha atendido con una sonrisa en todo momento. Sin duda volveremos y probaremos los platos que nos quedan!