Un trozo de Mediterráneo en el castizo barrio de Salamanca, donde alfombras espectaculares combinan con la madera para completar un entorno cercano y tranquilo.
Vamos a comer a menudo con compañeros de trabajo y es el mejor Saona al que he ido. Sobretodo la gente que trabaja ahi. Reyes, Moha y Aitana son estupendos