Nuestro primer restaurante Saona en Madrid, situado a escasos metros de la mítica calle Serrano, con un ambiente profundamente acogedor marcado por la personalidad innata de nuestras cálidas alfombras.
Es un sitio muy recomendable, el menú está muy bien calidad/precio y la atención muy buena, en agosto no hay problema pero en invierno es recomendable reservar.
Un lugar tranquilo y ameno.
Volvería mucjas veces por su comida muy elaborada y rica .
El personal agradable y atento.
Y el precio acorde con lo rico que está.
Hemos tenido una cena muy agradable. Sobre todo el camarero y la camarera han sido muy muy amables ¡Gracias! La comida en relación calidad-precio y está miy bien. Tienen menú de noche que no incluye la bebida, pero sale bastante ecónomo.
Saona ya no es lo que era. Ahora es más un restaurante de postureo que de sinónimo de calidad.
La atención lenta y muy regular con la calma latinoamericana, el precio del menú de viernes y sábado sin bebida de noche por las nubes (19,99 euros) y lo peor es que los platos de comida son excesivamente pequeños. Quitando las croquetas, he tenido la sensación de que algunos platos como el canelón de verduras o el pollo teriyaki estaban cocinados horas antes y los han calentado y a correr. Se notaba que no estaban recién hechos.
Probamos también las patatas saona y he decir que era lo único que se salvaba relación calidad precio. Por último, la piña del postre estaba regular partida y de calidad regular (escocía un poco la boca tras comerla).
En fin, una pena que esta cadena se haya echado a perder. La comida estaba de 7/10 pero lo dicho, las raciones son escasas.
No entiendo las opiniones del sitio que leo por aquí, es para no volver si aprecias un mínimo el dinero que tienes. Tocamos a 22 euros por persona.