Rocafria en Madrid

El sábado a mediodía mi mujer y yo comimos en este sitio. Habíamos estado una vez tomando unas cervezas por la noche tras salir del teatro y otra vez, merendando antes de entrar (el 'Infanta Cristina' está a 50 metros). Pero nunca habíamos comido allí. Y la verdad es que salimos sorprendidos. El menú (15 € y pico) tenía varios primeros y segundos para elegir. Mi mujer comió ensalada y entrecot, y la carne estaba justo en su punto. Yo comí risotto y albóngidas. Era tan abundante que no me las pude terminar. El risotto buenisimo, cremoso, con muchas setas y sabor. Y las albóndigas con una salsa estupenda, patatas (no congeladas) y grandes trozos de zanahoria muy bien cocida. Tuvimos que pedir que nos pusieran el postre para llevar (dos trozos de tarta diferentes) porque estábamos absolutamente llenos. Camarera muy amable, servicio rápido, no tengo quejas. La parte de barra es bastante ruidosa esos sí, pero la parte de las mesas para comer es más tranquila. Ambiente familiar. Insisto: una grata sorpresa.

Muy buen sitio para conocer cafeterías del centro de Madrid.

Una cafetería genial para quienes tienen prisa. Si sabes lo que quieres y puedes pedirlo nada más sentarte, te llegará en segundos. Pero si necesitas decidir, el servicio no es el adecuado para un desayuno relajado. La comida estaba buena, pero prefiero un ambiente más relajado. Lo mejor fue pasar tiempo con la gente local en hora punta.

Pasé por un croissant dulce y estaba riquísimo! Me lo pedí para llevar porque no habían mesas libres a media mañana. Volveré a tomar un desayuno completo.

El local es amplio,tienen pastelería que está muy rica pero el camarero que nos atendió,muy lento y antipático

Un trocito de mi infancia Mi abuelo y mi madre cuando era pequeño me traían bollos y pasteles de este lugar. Lo volví a encontrar hoy de casualidad porque pensé que, tantos años después, estaría cerrado. Es una suerte que queden lugares como este en Madrid El croissant y el lazo de hojaldre de chocolate, un viaje en el tiempo delicioso

He ido por primera vez a merendar, tienen una zona de bollería, con diferentes tartas y pastelitos, me he pedido una napolitana de chocolate y mi pareja una tsrta de queso. La napolitana era industrial y al final tenía costra quemada de, imahono, cjocolate que debió salírsele en algún momento, esa zona sabía mal pero por lo demás, igual que cualquier napolitana. La tarta de queso estaba rica, y el trozo que sirben es grande, no sabemos si es casera o no pero no estaba mala. El ambiente del bar es algo ruidoso para poder charlar pero no es molesto, y estando en pleno centro no se puede espersr otra coss, a mí no me disgusta el bullicio. Lo único malo es la limpieza de los baños, no me lavé la manos porqur hasta el lavabo estaba con mucha suciedad. Por último el precio, no me parece exagerado pero un trozo de tarta y una napolitana industrial creo que fueron casi 7€, no es el sitio más caro pero tampoco económico.

La comida estaba deliciosa y la atención fue muy buena. Las patatas más ricas de Madrid y la cerveza deliciosa.

Café básico / panadería con buena selección de pasteles. El sándwich de jamón y café era bueno. El servicio estaba bien. Comimos 2 pasteles y llevamos unos cuantos con nosotros para el desayuno de la mañana siguiente.

Es un lugar de barrio con buena pastelería, y que conste ni me gusta ni como dulce. El lugar debo decir que no está tan desastre como muchos indican, se ha renovado al menos hace un año, y ha cambiado mucho la imagen de la parte del comedor. Ojalá seamos coherentes con lo que escribimos, cierto que todos tenemos días malos, pero para juzgar hay que entrar más de una sola vez.