Tienda de Vinos en Madrid

Por desgracia ya van quedando tabernas de comida de nivel de producto tan bueno, cocinado por la señora que lleva la vida en su cocina y que aparte de amables , sales feliz de encontrar los sabores caseros de toda la vida

Comida casera de calidad en una casa-tasca de antaño. No esperéis una presentación espectacular. Bien en cuanto a relación cantidad/calidad/ precio. Fallo IMPORTANTE hoy en día: no aceptan tarjetas de debito/crédito.

Los mis primeros años viví en la calle Augusto Figueroa 41 , a pocos pasos de ésta tienda de vinos, me quedaba embobado mirando una gigantesca botella llena de aguardiente con cerezas que estaba en el escaparate de la izquierda. Pasaron los años y descubrí la casa de comidas que entonces se denominaba el Comunista, que frecuentábamos estudiantes y obreros, fundamentalmente porque en los años 70 comías por 60 pesetas, era época de poco dinero, estómagos jóvenes, y menos exigencia con las viandas, entonces había un menú, y se comía bastante bien, destacando las albóndigas, los callos y algunos platos de cuchara. El local era vetusto con mesas y sillas antiguas , manteles de papel donde entrabas, te sentabas, comías, dejabas el dinero encima de la mesa y te marchabas. El éxito del local fue aumentando y empezaron a ir algunos inicipientes ejecutivos de medio pelo, e incluso uno de ellos se atrevió a pedir a la camarera que le diese la nota, ella ni se inmutó, sobre el papel del mantel escribió "60 pesetas", arrancó el trozo de papel y se lo acercó al parroquiano. "Aquí tiene usted". Por eso me ha dado un ataque de risa al ver que varios clientes actuales se quejen de que no se puede pagar con tarjeta. Después de más de 50 años he vuelto por nostalgia, el local sigue con su decoración y manteles de papel, ya no hay menú, pero hay una carta relativamente amplia, la comida es pasable, pero seguramente mi estómago ya no es tan joven. Fue un día agradable, y un buceo en el pasado.

Agradezco, y mucho, que todavía haya un restaurante tan tradicional en Madrid. Es como una antigua casa de comidas, con buena calidad del producto, cocina cuidada y tradicional, y un servicio de lo más agradable y realmente profesional. El producto es fresco y de buena calidad, por eso, a veces no quedan ciertos platos disponibles, lo que le da más calidad aún. Gran carta de vinos, y bebidas espirituosas y no alcohólicas también. Bravo por mantener este restaurante tradicional abierto. Tenemos que cuidar de estos restaurantes en Madrid, antes de que desaparezcan. Un bravo espectacular por Casa Ángel!