Rocacho, España en Madrid

El sitio el trato y la comida excepcionales. Nos atendieron extraordinariamente bien y la calidad de la comida de 10. Muy recomendable

Experiencia decepcionante a pesar de las altas expectativas Reservé con varias semanas de antelación esperando una noche especial en ROCCACCIO. Cuando llegamos a nuestra reserva de las 20:30, el restaurante estaba casi vacío, lo que inmediatamente me pareció extraño. Lamentablemente, el servicio no estuvo a la altura del ambiente: poca atención, e incluso conseguir agua fue un reto. Si bien la calidad de la comida era aceptable, los sabores eran decepcionantes y no estaban a la altura de las expectativas ni del precio. En general, me fui decepcionado con la experiencia. Recomiendo explorar otras opciones gastronómicas en Madrid.

Muy buen restaurante cumple lo que promete, ambiente agradable y fresco, un mesero para cada función lo cual me pareció muy sofisticado, bebidas muy ricas y carne de alta calidad, meseros amables que sabían hablar inglés, precios totalmente proporcionales a la experiencia.

Un restaurante con mucha clase. El ambiente era encantador y acogedor. ¡La comida impecable! ¡Su postre, para morirse!

Una decepción inesperada en uno de mis restaurantes favoritos. Hace unos días decidí celebrar mi cumpleaños con mi mujer y mi hija en Rocacho, uno de mis restaurantes favoritos por su originalidad de su cocina, el alto nivel de sus platos y la excelente atención del personal. Al pedir la comanda, nos ofrecieron fuera de carta un lenguado que a mi mujer le apeteció mucho y de acompañamiento unos pimientos rojos. Nos trajeron el lenguado y a mi mujer le pareció que era muy grande para una sola persona y más para ella (que no come demasiado). Es verdad que no dijimos nada, pensé que era una ocasión especial y no pasaba nada. Pero nuestra sorpresa vino con la cuenta, 58€ sólo el lenguado y los pimientos 12 € más, es decir 70€ el plato principal, lo que me parece una exageración. Entiendo que los productos fuera de carta suelen tener precios diferentes, pero me parece poco transparente no informar de los precios previamente y no aconsejar correctamente con el tamaño y la cantidad para una sola persona. La sensación es que te lo han querido colar. Es una pena que en un restaurante que había tenido tan buenas experiencias, ahora nos haya dejado esta sensación tan amarga. La confianza de un restaurante se construye con la honestidad y claridad hacia el cliente.

Una comida deliciosa. Lo más destacado fue la croqueta de gamba roja: crujiente por fuera, rica y llena de sabor por dentro. La ensalada de burrata y tomate cherry era refrescante y vibrante, perfecta para un día de verano. La carne del bao estaba un poco dura. Cabe destacar que el postre final de la cocina no es gratuito, sino que se añade a la cuenta. En general, el camarero fue atento y amable, lo que contribuyó a la experiencia. Recomiendo encarecidamente el postre especial: el tiramisú, preparado justo delante de ti; delicioso y divertido de ver. Un gran lugar para cenar en Madrid.

Todo perfecto, la comida buenísima. El único inconveniente fue que pedimos una ensalada de bogavante y nos cobraron 115€. Es recomendable que tengan una carta con los platos que tienen fuera de carta en el que indiquen los precios. Pero en general todo perfecto.

¡Comida excepcional en Rocacho! Pedí el rodaballo, a la parrilla a la perfección y servido con pimiento rojo: delicado, rico y lleno de sabor. Como entrante, la alcachofa con tartar de atún y anchoas sobre pan crujiente con tomate fue un plato excepcional: fresca, equilibrada y con una presentación exquisita. Lo que hizo la experiencia aún mejor fue la atención del servicio: se dieron cuenta de que tenía poco tiempo y sirvieron todo rápidamente sin comprometer la calidad. Un restaurante de primera donde tanto la comida como el equipo brillan. ¡Muy recomendable!

Este restaurante me lo recomendaron durante mi visita a Madrid, ya que es considerado un referente local para servir carne de EL CAPRICHO. Desafortunadamente, no estuvo a la altura de mis expectativas. Si bien la carne era de buena calidad, no justificaba el alto precio: faltaba mármol adecuado y era algo duro. Los platos de arroz eran promedio. Como nota positiva, el servicio fue excelente, muy profesional y atento. La carta de vinos también era bastante buena.

Estuvimos aquí comiendo mi novia y yo el domingo 23 de marzo de 2025 previa reserva a las 13:00. Restaurante tradicional madrileño con clase y solera, como es habitual en Chamartín y más en particular con los restaurantes cercanos al Bernabéu. Camareros educados y bien vestidos con camisa y chaqueta (aunque alguno llevaba zapatillas blancas, una moda moderna que no terminó de comprender) y clientes "cayetanos", que es como se llama hoy en día a los "pijos" (no lo digo como crítica, eh, qué conste, sino como algo descriptivo). Pedimos de entrante media ración de croquetas y dos Rocachos, que son unos buñuelos de bacalao con un rebozado de color negro. Las croquetas no estaban mal, pero las he comido mucho mejor en otros sitios. En cuanto a los rocachos, increíbles, muy buenos, deberíamos haber pedido más. De plato principal pedimos arroz con carabineros para dos personas. Lo traen en una paella grande y con una capa delgada de arroz, al estilo de cómo lo hacen en Alicante. Después de mostrártelo, lo emplatan y te lo sirven, bien repartido. Un arroz riquísimo, con una textura crujiente y un socarrat maravilloso. Mención aparte a los carabineros, como si los comieras en Galicia (sé que queda muy "cuñado" decir que el mejor marisco se come en Madrid, pero en determinados sitios de Madrid sí se come mejor marisco que el que puedes encontrar en muchos sitios de costa destinados al robo al turista). En resumen. Un 10. Para regresar.