Restaurante Museo de Productos de Castilla-La Mancha en Toledo

La comida está rica y el servicio es muy atento y rápido. Como aspecto a mejorar, aumentaría las raciones en algunas opciones del menú, pues en ocasiones quedan escasas.

Buen sitio para comer si visitas Toledo recomiendo ir a reservar antes de empezar tu visita a toledo

Sitio muy bien decorado,encantador,el servicio rapidísimo y atento,la comida muy buena y nada cara.

Calidad precio buena. Las sillas son un poco incómodas

¡Muy bueno, rápido, amigable y económico! Menú diario a 16€ con varias opciones ☀️

¡La comida increíble solo es superada por el increíble servicio aquí! Nuestra familia pidió el Menú del Día y el plato de jabalí estaba increíblemente delicioso. El restaurante es espacioso y nuestro camarero fue muy amable con nuestros niños pequeños.

Atencion de 10,muy educados todos y pendientes de todo.nos sirvieron muy rápido. Las carcamusas muy ricas y la tarta de queso también

Buen restaurante para comer en día festivo. El menú muy correcto por el precio. La comida espectacular y el servicio bastante bueno. Mejor reservar porque es complicado tener sitio si vas espontáneamente. Muy recomendable.

Un restaurante estupendo. Comida típica castellana, servicio muy, muy agradable, precio muy adecuado para la calidad y cantidad de comida que ofrecen. Ambiente popular y muy típico. Un 10.

Un lugar acogedor, agradable del barrio. Mi esposa y yo nos topamos con él a la hora del almuerzo después de visitar uno de los muchos monasterios locales. La comida era tan buena y el personal tan acogedor que almorzamos allí 4 veces más. (Después de ese primer día, planeamos nuestro itinerario, así que terminamos cerca a la hora del almuerzo.) El menú regular es extenso y hay un menú de precio fijo del día que cambia. Nunca comimos lo mismo dos veces. (Somos libres de gluten y el personal fue muy servicial con este tema, marcando los menús a mano para que supiéramos qué platos podíamos considerar. ) No puedo decir suficiente sobre el personal. Fueron notablemente eficientes en servir a los clientes en un restaurante lleno de gente (parecía haber un montón de eventos de vacaciones) sin ningún compromiso en la amabilidad. La parte más triste de salir de Toledo fue despedirse de los camareros después de nuestro último almuerzo. En serio, fue difícil.