Restaurante La Curva en Calasparra

Estupendo restaurante y delicioso arroz de caracoles y conejo.

Muy grata experiencia, paramos por estar cerca de la basílica,comida de lujo y servicio rápido. Lo recomiendo.

Los camareros un 10 , a destacar Agustín 😉 La comida un 10 El precio muy bueno El ruido insoportable, que pena la falta de educación de muchos clientes y el no respetar que no están solos . A destacar el arroz 🥘 con conejo y el arroz con leche 😋

Muy recomendable para comer,o cenar. Son un equipazo. Se preocupan en todo momento de que estemos bien y nos nos falte nada. MUY RAPIDOS. SEGUIR ASI QUE SOIS ESTUPENDOS TODO EL EQUIPO. TANTO EN BARRA COMO EN COCINA

Es un sitio entrañable. La comida excelente, el trato al cliente cercano, cordial y muy educado. Y el precio está bien, nada desorbitado. Muy justo. Lo recomiendo sin ninguna duda. Volveremos, no me cabe duda.

Un típico pub de pueblo español con un ambiente muy agradable. A la gente le gusta ir y conocer gente.

Un Restaurante ya con muchos años y creo que ha ido.mejorando según han ido pasando. Muy recomendable

Local sin grandes pretensiones, el camarero que nos atendió amable y cercano, la comida muy buena, chuleta de ternera blanca a la brasa de 10 , y nos recomendó de postre la miloja y que buena estaba.

Localizado en el corazón de Calasparra, La Curva se ha ganado una merecida reputación por su arroz sobresaliente. Cada grano se presenta en su punto, con sabores bien equilibrados y un manejo del punto de cocción que denota acierto y dedicación: no empapado, ni demasiado seco, simplemente perfecto. Los ingredientes frescos realzan los matices que hacen que una buena paella deje de ser sólo un plato y se convierta en experiencia. Además, el servicio es atento, profesional y cercano, lo cual suma mucho en la valoración: te hacen sentir bienvenido desde que cruzas la puerta hasta que te despides. Ahora bien, no todo es perfecto. El restaurante tiene dos grandes puntos débiles que conviene considerar. En primer lugar, la decoración deja bastante que desear: el mobiliario es sencillo, los acabados podrían renovarse, la iluminación es funcional pero sin carácter, y en general el conjunto visual no acompaña al nivel gastronómico. En segundo lugar, el ambiente puede volverse muy ruidoso, sobre todo cuando está lleno: el eco, las conversaciones cercanas, el vaivén del servicio… todo ello eleva bastante el volumen, lo que dificulta conversar con tranquilidad o disfrutar de una comida relajada. No obstante volveremos !

Restaurante de los de toda la vida, nos sirvió Prudencio inmejorable trato. La comida casera, pan casero y sus postres. Económico para la calidad de la comida.