Restaurante Iván Cerdeño en Toledo

La comida espectacular y el trato excelente. Habrá que repetir. Enhorabuena!

Toda una experiencia para los sentidos. Buen ambiente y personal estupendo Muy correcto.

El restaurante luce impresionante; Minimalista, mucho espacio y preciosas vistas a Toledo. El servicio fue fantástico, el sommelier Miguel fue un gran anfitrión/narrador y combinó nuestro almuerzo con todo tipo de vinos increíbles (y un licor de manzana con mucha dulzura y acidez pero aún equilibrado). El Chardonnay de Chilli fue el Chardonnay más interesante y complejo que he probado jamás. Todos los platos quedaron fenomenales en apariencia, olor y sabor. El tomate con salsa de hierbas realmente me hizo explotar la mente y el paladar. La salsa tan rica de sabor (incluso una pequeña gota te llenaba la boca de alegría) y el tomate con una dulzura y profundidad increíbles. Definitivamente regresaré otra vez. Hasta la próxima.

El restaurante es precioso y tiene unas vistas muy bonitas. Respecto al menú, elegimos la opción de menú "Memorias de un cigarral" con maridaje. Nos encantó, tanto la comida como el maridaje. El servicio muy bien, amables y muy profesionales. Un restaurante muy recomendable

Situado en el histórico Cigarral del Ángel, al borde del Tajo y rodeado de jardines, se pueden probar lo que llaman atisbos pequeños bocados tradicionales reinterpretados con técnicas actuales. Destacar la Leche asada al palodú y pólvora de duque.

Excelente comida, ambiente impecable y un precio acorde a la magnífica calidad de un 2 estrellas Michelín.

Sitio fantástico y comida muy especial Lo único que cambiaría sería algo más de explicación de cada plato, preparación e ingredientes para poder disfrutar aún más la experiencia. Pero no quita que haya sido una experiencia 10/10!

La verdad es que no hace falta opinar, la guía michelin no se equivoca 👌🏻

Una experiencia fantástica. Una relación calidad/precio excepcional. El cigarral es espectacular, el arco de entrada, el paseo entre árboles, las vistas de Toledo, el río, la ermita. Todo cuidado hasta el último detalle. Un remanso de paz. La atención inmejorable, profesional, amable y cercana, como en casa. Los vinos que nos propusieron, diferentes y cercanos. Una apuesta por la calidad de la tierra y un impulso para la excelencia local. Y finalmente el menú. En nuestro caso, la versión larga. Innovación y calidad, perfección técnica y suavidad. Los montajes son increíbles. Los sabores también. 3 horas que pasan con absoluto deleite. Y unos mini-peros (la ignorancia es así de atrevida): - algunos platos, pocos, para mí, no están redondos. Unos sabores se imponen a otros quizá demasiado. - el menú podría ser más variado en la ejecución, no en los sabores. Se repiten algunas fórmulas. - los bocados finales no rematan la experiencia al mismo nivel que el resto. - un plato en concreto está buenísimo pero le falta quizá el nivel de diseño e innovación que proporcionan los demás. Y un consejo. No piques con el pan. Está buenísimo, pero buenísimo. Pero dificulta la llegada con éxito al final. Volveré, sin duda.

El restaurante está a las afueras de Toledo en un cigarral. Tiene un muy bonito jardín. Nosotros fuimos de noche y a finales de octubre por lo que cenamos en el comedor principal. Una sala amplia, bien decorada y con una separación de mesa correcta. El servicio impecable. Y la comida, a nosotros nos gusto bastante, si bien es cierto, que debido al tipo de comida y los platos que el chef intenta recrear, se aprecia un abuso del vinagre. Pero ya digo, a nosotros que nos gusta la comida fuerte, nos gusto mucho. Por cierto, el chef, se dejó ver por la sala, pero no se acercó a una sola mesa a preguntar ni saludar. Cosa que no está obligado a hacer, pero que en este tipo de restaurantes suele ser lo habitual, y siempre añade un plus a la experiencia. En resumen, bonito sitio, buen servicio, buena comida, aunque un tanto repetitiva con el vinagre, aún precio razonable.