Restaurante GastroVía 61 en Madrid

El servicio de lo mejor y la comida no está mal

Maravilloso, todo muy delicioso, la atención maravillosa por parte de todo el personal, el local muy entrañable. Una experiencia fantástica, para repetir. Muy recomendable

Un lugar especial con un servicio superior. La comida es increíble, especialmente los canellini y las láminas de chocolate del desierto. El licor especial de madroño que se prepara para un “digestivo” es un excelente final y no es algo que se encuentre en muchos lugares.

He vuelto después de bastante tiempo a cenar en este restaurante con mi familia desde luego que me ha fascinado, cada día me sorprende más. Su carta es magnífica de la atención de sus camareros, desde luego que se sensacional. Me han fascinado los huevos rotos que hacen a su estilo y el Steak tartar que te lo preparan a la vista y a tu gusto. Muy recomendable

Excelente comida, servicio muy atento. Ambiente muy cuidado y elegante. No demasiado grande a nivel local. El personal habla bien inglés, menú también en inglés. Porciones muy grandes. No es exactamente barato, pero realmente obtienes mucho por el precio. Los huéspedes del hotel también obtienen un 20% de descuento en toda la factura.

Estuve cenando con mi pareja. La atención recibida por parte de los camareros que nos atendieron fue de 10. La experiencia gastronómica excelente, además tuvieron varios detalles de cortesía. La ubicación del restaurante es perfecta, a escasos metros de Gran Vía. Volveremos!!

Un cocido espectacular, y los camareros super buena gente!!!!

Excelente ubicación. Excelente atención. La habitación muy cómoda, limpia y con una terracita hermosa Solo el estacionamiento en el hotel me pareció muy caro Lo demás muy a gusto

Maravilloso ambiente tranquilo con música en vivo del piano. Servicio a un nivel muy alto. Camareros muy distinguidos, cocina digna de estrellas Michellin.

Para celebrar el santo de mi esposa, reservamos mesa en este restaurante con nombre y apellido: madrileño castizo. Los precios de la carta son algo elevados, pero con la oferta de The Fork obtuvimos un descuento del 20%. Es el restaurante del Hotel Mayorazgo, en pleno corazón de la Gran Vía. Nada màs entrar en la sala nos sorprendió su entrañable decoración, con fotografías antiguas de Madrid, que le otorgan una ambientación cálida. Hasta las mesas están personalizadas. La nuestra fue la de la calle Princesa. Desde la persona que nos recibió y acompañó a nuestro lugar, hasta todos los camareros que nos sirvieron con una profesionalidad exquisita, pudimos comprobar que estábamos viviendo una experiencia muy satisfactoria. Destacamos en especial las atenciones que recibimos por parte de Irene, dignas de una felicitación. Nos obsequiaron con un par de aperitivos de la casa: gazpacho y profiterol de tartar de salmón. Compartimos unas deliciosas y crujientes tortillitas de camarones, servidas en cucurucho, como se hace en Cádiz. Los dos platos principales fueron abundantes, bien emplatados y con unas materias primas de calidad. Fantástico el lomo de bacalao gratinado, con alioli de cítricos con una pincelada de tapenade, carpaccio de naranja y cebolleta fresca. Sorprendente y muy sabroso el cachopo de ternera blanca de Ávila, con cecina de León y queso de Mahón, con el detalle de un par de piparras fritas. Compartimos la tarta de queso crema y queso azul, con helado de yogur y frambuesa, que aún estando muy rica de sabor, nos pareció demasiado contundente. El vino blanco Figueroa, de Colmenar de Oreja, fue una recomendación muy aceptable. Estuvimos tan a gusto disfrutando de esta experiencia culinaria, que creo que no tardaremos mucho en repetirla.