Restaurante Coque en Madrid

¡Una experiencia gastronómica fantástica! La forma en que el personal te guía por todos los comedores es algo que nunca había visto. Sin duda, mi restaurante favorito en Madrid.

Uno de los mejores restaurantes Michelin en los que he estado, servicio excepcional, excelente comida y chefs fantásticos.

Maravilloso 😍 Menu degustación + Maridaje Armonía. Todo cuidado al detalle, vajilla, ubicación, edificio y decoración maravillosa, comida y atención exquisita. 🔝❤️

Estuvimos la semana pasada Y obligatoriamente hay que dejar la reseña Simplemente ven y no te arrepentirás de a ver venido. Volveremos seguro

Cada uno tenemos gustos diferentes pero es un sitio para ir y el servicio no desmerece. Muy recomendable.

Me ecanto estabexperiencia definitovamente la buenancokida d eeste restaurante merce tener 4 esterellas michelin.

La comida es buenísima se come muy bien

Estancia muy agradable, personal atengo e instalaciones muy buenas también

Experiencia gastronómica absolutamente inolvidable en el restaurante Coque, en Madrid. Bajo la dirección de los hermanos Sandoval, este templo culinario con dos estrellas Michelin no solo ofrece una cena, sino una travesía que fusiona arte, memoria, técnica y producto de una forma magistral. 🏛️ Un recorrido por los espacios de Coque La experiencia está cuidadosamente coreografiada desde el momento en que cruzas la puerta. Se trata de un viaje por distintos espacios del restaurante: 1. La Coctelería: El punto de partida fue un brindis a los sentidos. Destacaron el helado de ajoblanco con almendra tierna y vinagre de piñón y un sorprendente cristal de maíz y sésamo negro con miso de garbanzo, aguacate y lascas de foie. Delicadeza, textura y contraste en cada bocado, acompañados de cócteles perfectamente integrados. 2. Ónix: Aquí comienza el desfile de productos fetiche. Degustamos: • Geleé de caña de Jamón Ibérico de Bellota 5 Jotas. •Tuétano de jamón ibérico con caviar Osetra y erizo de mar. 3. Bodega: Una impactante chanfaina de duelos y quebrantos sobre pan ácimo y uva Pedro Ximénez, crujiente, líquida y acidulada. Todo maridado con vinos singulares en un espacio donde el tiempo parece detenerse. 4. Sacristía: • Salpicón de vaca de la sierra de Guadarrama con vinagre antiguo. . Hoja de Psyllium con steak tartar de toro bravo a la mostaza antigua. 5. Cocina: Frente al equipo en plena acción, disfrutamos bocados audaces como: La vaina crujiente con guisante lágrima y puré de guisante encebollado. Y la tartaleta de faisán en pepitoria con almendra tostada. 6. Sala: Aquí se desata el festín. El desfile de platos fue extenso y sin fisuras: .Un gazpacho translúcido de tomate rosa que refrescó el alma. .Buñuelo aireado y trufado con esencia de queso manchego. •Majestuoso salpicón de carabinero con mostaza de encurtidos, mole verde poblano y huevo aliñado con vinagre de Jerez. •Inolvidable lubina salvaje curada en salazón, con puré de apio y jugo de zamburiñas. •La galantina de aves del Pardo . El imprescindible cochinillo lechón jugoso y su piel crujiente, chicharrón con pimienta de Sichuan y salsa de melaza. Saam de manita con Lemon Grass y fruta ácida. 🍨 El final dulce: postres con historia y poesía Los postres fueron tan brillantes como el resto: •Fresitas de Aranjuez flambeadas con helado de Champagne, crema de queso de cabra de Guadarrama y espuma de rosquillas al anís. •Una ginestada de frutos secos: meloso de arroz con leche, crocante de arroz inflado y caramelizado con limón. •Y para coronar: crema de chocolate de la fábrica de San Lorenzo de El Escorial, una oda al cacao con raíces madrileñas. Como final: la selección de petit fours del propio obrador.

Llevábamos años queriendo ir y por fin encontramos el momento para una celebración especial. Como siempre se ha dicho “lo bueno hay que pagarlo” y realmente merece la pena, ya no solo en lo gastronómico si no y el cómo y donde