Quinqué Madrid Restaurante en Madrid

Ni mucho menos las mejores croquetas, no tenían sabor, muy líquidas, sin jamón, cervezas 5€, callos MUCHISIMO pimentón, pisto bueno, me ha defraudado mucho

Excelente restaurante con gran cuidado del producto y el trato al comensal. Para abrir boca una crema de calabaza deliciosa; después las croquetas, cremosas y crujientes a la vez; el conejo en escabeche excelente, tierno, jugoso, con una base intensa y la acidez perfecta, un diez; y las verdinas con berberechos también riquísimas, tal vez un poco intensas de más, aunque esto va en paladares. La tarta de queso muy rica, con sus tres texturas y bien dulce. La recomendación del vino, perfecta (hay una carta bastante amplia). El ambiente tranquilo, sin estridencias, muy agradable. Y todo el personal fue muy atento y cercano. Recomendable totalmente. Volveremos para probar la raya, por ejemplo. O lo que surja.

Arrivati nel ristorante, siamo stati accolti ed accompagnati al tavolo. Abbiamo preso il menù degustazione a 65 euro a testa, con aggiunta di filetto alla Wellington. Che dire? Tutto perfetto. Dall’attenzione per la spiegazione del piatto al cambio posate, sempre con il sorriso. Alcune note spiacevoli: Abbiamo chiesto delle olive che non ci sono mai arrivate e la sommelier ci è parsa molto sulle sue, un po’ svogliata, anche dato il comportamento veramente maleducato del tavolo affianco nei suoi confronti. In sintesi, se volete provare uno stellato veramente buono, in una location che ti fa sentire a casa, con un personale degno di nota, siete nel posto giusto.

Una experiencia gastronómica espectacular en Quinque. Pedimos el solomillo Wellington y fue una maravilla: carne perfectamente cocinada y llena de sabor. La sobrasada también fue una delicia, con un toque auténtico y lleno de matices. Además, el ambiente y el servicio hicieron que la cena fuera aún más especial. Sin duda, un lugar que recomiendo y al que volveremos pronto

Recetas tradicionales ejecutadas con destreza y asentadas sobre buen producto. Muy buenas croquetas. Deliciosa la raya. Muy finos los bocartes. Contundente arroz con pitu para rematar. Destacable carta de vinos con referencias interesantes en múltiples regiones. La sala es pequeña y las sillas no siempre del todo cómodas.

Restaurante muy pequeño con un estrella Michelin en 2024 y un par de guías Repsol. Local: La verdad, es que fue una decepción, más que por la comida, que fue de menos a más (pero nada fuera de lo normal), por el calor que hacía en el salón, pese a que varios comensales de diferentes mesas, le preguntaron si podía poner más bajo el aire acondicionado, la respuesta siempre fue la misma, que "la máquina no daba más frío". Algo tienen que hacer, para solucionar este inconveniente, porque se hace muy incomodo comer en verano en un salón con calor. Entiendo que les da el sol de lleno, pero tendrán que poner toldos y mejorar el equipo de aire acondicionado. Servicio: Otro tema, fue el servicio del personal, que dejo mucho que desear, sobre todo uno de los dos que servían las mesas, que iba con chaqueta y pelo moreno, que parecía que tenías que darle las gracias y te perdonaba la vida, cada vez que venía. Pedimos dos botellas de agua, la primera estaba fría y la segunda del tiempo, les pedimos que nos la traigan fría y nos dicen que no les quedan más, sorprendente verdad, y más que te la dejan y no te dicen nada, tuvimos que pedir un vaso de hielo. Lo sorprendente fue, que a los cinco minutos, otra mesa pide una botella de agua y se la traen fría, ahora sí tenían. Comida: La mejor croqueta de Madrid Fusión 2024 nada destacable (decepción, espera más) La tortilla de merluza al pipil (buena) Rabo de vaca (muy buena) Arroz de pitu caleta (buena) Tarta de queso (buena) Precio: Normal. Cuidado con la cuenta: En dos mesas, una de ellas la nuestra, nos metieron el pan, pese a que dejamos claro que no lo queríamos.

Exquisito, excelente gastronomía y servicio. El besugo bilbaina totalmente en su punto, muy sabroso. El servicio encantador y muy atento. Sitio para volver a disfrutar!

El aire acondicionado no funciona bien, cenando el 20 de julio pasamos mucho calor, hasta el punto de agradecer la brisa calentita al salir a la calle al terminar. Tampoco me gustó que solo tenían botellas de agua pequeñas, me parece un abuso y más con ese aire acondicionado. Me pareció impropio de un restaurante de esta categoría.

Pequeño restaurante que destaca por la comida, amabilidad de sus trabajadores y una relación calidad precio muy buena. El restaurante se divide en dos ambientes, unas pocas mesas a la entrada, y otro salón algo más grande separado (recomendable este último). De decoración sencilla pero elegante, es un sitio agradable para comidas familiares o con amigos. Carta corta pero con bastantes opciones, en los que la calidad de la materia prima es lo que destaca por encima de todo, junto con una muy buena cocina. Además de la carta, cuentan con varias opciones fuera de carta. En nuestro caso probamos: Entrantes - Croquetas de jamón. Bechamel suave, muy muy buenas, imprescindibles. - Tortilla de merluza, pilpil y piparras. Otro plato que es muy recomendable pedir. Buenísimo el pilpil y la tortilla melosa con bastante sabor a merluza. - Pisto con huevo de corral y puntillitas. Bueno, sabroso. Principales - Arroz de pitu caleya. Muy bueno, pero esperábamos sabor más potente del arroz. - Rabo de vaca guisado. Sabor intenso, con muy buen punto, se deshacía. - Solomillo de ternera en su jugo. Perfecto de punto, tierna la carne y muy buen sabor. Postres - Tarta de queso. De horno, sabor a queso sin ser muy intenso y dulce. Recomendable. En general, un sitio muy recomendable y perfecto para ir de vez en cuando con familia o con amigos y disfrutar de una buena cocina.

Cómo siempre te dejas aconsejar por alguien esté fue el caso, trato muy bueno déjate que aconsejen en la petición de la comida , eso hicimos, la tortilla de merluza muy buena, las verdinas muy buenas, chufa de Pitu para compartir exquisita