Palacio Del Infante Don Juan Manuel Hotel Spa en Belmonte

Lo único que tengo que decir de este espectacular palacio. Es el spa. Yo le daría un 2 estrellas.... El ambiente frío, dicho por más parejas que nos acompañaban en el horario de las 18 h. El agua estaba más bien templada tirando a fría...de echo nos salimos 15 minutos antes, porque ya no aguantabamos más..... El personal muy amable.... El ambiente maravilloso las habitaciones enormes... Pero es una pena...porque veníamos a un spa y nos fuimos con mal sabor de boca de echo lo diremos en recepción. Nosotros, no volveremos, y pensábamos hacerlo con los niños......

El edificio es muy bonito y en general las habitaciones estaban bien.

Hemos estado unos días toda la familia, reservando la habitación familiar que se compone de 2 habitaciones, una para el matrimonio y otra para los niños… hemos disfrutado del edificio, de sus instalaciones como el claustro, la recepción, el spa,,, del entorno de Belmonte , de sus monumentos, de su gente, de su gastronomía,,,,, Pero hay aspectos a mejorar que son posibles ,,,,,, la limpieza de las habitaciones, la calefacción de las mismas, la conexión de la televisión, flujo de agua de la ducha, más iluminación para poder trabajar en mesa,,,,,,desayuno que incluya yogur, frutos secos,queso de la zona, patés, cereales,,,,en la carta y en temporada de invierno muy apetecible un consomé, una crema de verduras, o una parrillada,,,,

Espectacular atención por parte de la señorita Carolina que nos ha tendido espectacularmente volveremos gracias Carolina un saludo desde Valencia

Fin de semana de desconexión con amigos. Estancia muy agradeble, rica la comida, buena atención y un lugar que no esperas en un pueblo. Te animo a visitarlo porque te vas a sorprender. Su impresionante Claustro central es el restaurante y cafetería, donde relajadamente puedes tomar algo de forma distendida y cenamos genial disfrutando de este lugar tan bonito! Muchas gracias!

Tanto la ubicación como el Palacio una maravilla, pero en el conjunto de servicios no corresponde común hotel de 4 estrellas

Excelente servicio en un edificio medieval bellamente rehabilitado y con Spa muy recomendable.

Estuvimos solo cenando en el Restaurante y nos pareció estupendo. Buena comida bien cocinada y sitio amplio pero acogedor. Eso si, el maitre nos parecio un poco "seco" de trato, poco amable, aunque correcto y profesional.

Nos encanta este hotel en un pequeño pueblo muy cerca de Madrid. Es muy bonito conservando la arquitectura del palacio , la piedra la madera las vigas en los dormitorios y también su patio interior rodeado de pilares de piedra, nos trasporta un poco a esa época y su entorno tranquilo rodeado de árboles y campo . Un lugar para deconectar de la ciudad mágico.

El único sitio que encontramos en Belmonte abierto para cenar la noche que nos quedamos en este pueblo a dormir. Era martes y salvo un bar en la carretera en el que nos pareció que no daban ningún tipo de comida (salvo las tapas con la consumición) solo estaba abierto este. Llamamos por teléfono y nos dijeron que nos atendían, pero que tenía que ser ir según colgáramos. Llégamos a las nueve y cuarto de la noche, hacía mucho aire y estaba bastante fresco, pero aún así el señor (un poco malencarado) se empeñó en que teníamos que cenar fuera que la mesa estaba puesta. No quisimos decir nada, por ser el único lugar abierto, pero nos quedamos tiesos de frío. Pedimos unas chuletillas de lechazo y unos chipirones a la plancha. Los chipirones no los tenían, por lo que decidimos pedir los dos las chuletillas. Pequeñitas (aunque no parecía lechazo, pues tenía bastante grasa), aunque aún así, estaban muy ricas. Venían con patatas fritas (caseras) y un pimiento. No pedimos postre, ya que vimos que estaban recogiendo y nos dio un poco de apuro seguir alli. (eran las diez y cuarto). La terraza era muy bonita, las chuletillas estaban ricas y el precio no estuvo mal. El hombre que nos atendió al principio fue bastante seco, pero luego debe de ser que como vio que cenamos rápido, se puso más agradable. Para repetir, pero con más tranquilidad.