Okafú en Madrid

Otro buen lugar en Jorge Juan para sentarse en la terraza y disfrutar con tranquiladad de un vino, un vermut o unas tapas.

Las dos parejas de amigos comimos estupendamente y le otorgamos las 5 estrellas por la calidad de la comida. Pero en los apartados de servicios y ambiente no podemos calificar al establecimiento con más de 2 estrellas -y eso siendo generosos- por lo que dejamos la valoración global en 4 estrellas. Es una pena, porque los 4 platos principales fueron excelentes, tanto el lomo de merluza de pincho como los calamares en su tinta con arroz, los callos a la gallega y la ensala de tomate con búfala. Primero compartimos una ración de empanada de bonito, en su punto justo de masa y de relleno y una tortilla de Betanzos, que tenía muy buen sabor, aunque para nuestro gusto estaba un tanto fría. Al retirar los primeros platos, el camarero nos indicó que nos quedáramos con los cubiertos. Le comentamos que estaban sucios, con restos de comida, y que, además, dos de nosotros íbamos a comer pescado. Nos contestó que la política de la casa era no cambiarlos y él mismo se dedicó a coger nuestro cubiertos sucios y dejarlos en la mesa. Ante nuestra educada insistencia, accedió a hacerlo de malos modos y aún tuvo el descaro de decirnos que el cuchillo de pala solo se ponía para el lenguado, no para el resto de platos de pescado y que cuando nos sirviera los platos le pediríamos que nos lo cambiara por un cuchillo normal. Nos quedamos perplejos. En cuanto al ambiente, decir que la sala grande del piso bajo carece de insonorización, por lo que nos resultó imposible mantener una conversación en tono normal dado el grado de decibelios del resto de comensales. Todos teníamos que dar grandes voces para ententernos. Una pena, porque, como hemos señalado, la comida estaba muy rica.