Media Ración en Madrid

Un lugar maravilloso para compartir con tu gente.

La comida era buena y a un precio razonable para un restaurante de hotel. Comimos pulpo a la plancha, camarones con salsa de ajo y pescado. Lo pasamos muy bien hasta que llegó la cuenta y descubrimos que nos habían cobrado 7 euros por un pan que se nos cayó en la mesa sin que lo hubiéramos pedido. Además de cobrarnos 3 euros por el agua, nos llevamos 10 euros de sorpresas que nos dejaron una impresión negativa del restaurante. Puede que no sea mucho dinero, pero fue injusto.

Todo perfecto: comida y servicio. Además, excelente relación calidad-precio

Comida muy rica atención muy buena lo recomiendo

Teníamos muchas ganas de probar Casa Felisa y disfrutamos mucho de la experiencia. Fuimos un viernes al mediodía y estuvimos comiendo prácticamente solos. El local es elegante y moderno, con una decoración muy original. En general, se nota que cuidan cada detalle al máximo. La carta de comida es amplia y muy variada. Además disponen de menú del día y otros menús, de degustación y de grupos. La carta de vino también es uno de sus puntos fuertes. Probamos una copa de un Ribera, Bela, de bodegas Cvne, que nos sorprendió mucho. Habíamos leído que las raciones eran pequeñas, así que optamos por pedir dos entrantes y dos principales, reservando algo de espacio para el postre. Después de pedir y concretar el orden de los platos, nos sirvieron de aperitivo una cesta de pan de masa madre ligeramente ácido (riquísimo) con aceite de oliva de Madrid, de Villaconejos. El pan era de hogaza y estaba partido en trozos. La miga era húmeda, con algunas semillas, y la corteza muy sabrosa. Buenas sensaciones empezar así. Después vinieron a la vez los dos entrantes, las gambas Orly (también conocidas como gambas a la gabardina) y la ensaladilla rusa con las tortillitas de camarones. Las gambas nos encantaron. Tenían la proporción justa de rebozado y destacaban por su potencia de sabor y buena fritura. La mayonesa cítrica que las acompañaba realzaba el conjunto. Y la presentación de 10. En cuanto a la ensaladilla, aunque nos gustó, fue un plato más flojo en comparación. La ensaladilla solo tenía patata, zanahoria y pepinillos. Me encantó el toque crujiente del encurtido. Y diría que la mayonesa era de AOVE. El plato viene con dos tortillas, pero nos ofrecieron pedir una extra para tener para todos. Las tortillitas de camarones estaban bien fritas, crujientes y sin exceso de grasa. Pero de sabor no estaban tan sabrosas. A mi gusto, le faltaba más proporción de camarones. Después vino la raya, servida sobre un pilpil, con las setas y los berberechos. La presentación de nuevo era excelente. La raya estaba servida sin su espina. La carne estaba muy jugosa, pero el conjunto nos resultó bastante salado. Una pena porque el producto era muy bueno y el plato muy original. Por último, nos sirvieron el arroz de carrillera con verduras. Pedimos una ración y nos la sirvieron en mesa entre los 3. El punto del arroz estaba bien conseguido. Y de sabor, rico, quizá bastante potente. Esta cantidad fue perfecta para llegar al postre con algo de hueco. Pedimos el milhojas con nata y frambuesas. Nos pareció algo caro para la cantidad y la complejidad del postre, ya que el “hojaldre” no cumplió con nuestras expectativas. El personal fue muy profesional y amable. Pese a estar solos, no nos sentidos agobiados. Y dieron respuesta a todas nuestras preguntas. Salimos a 43€ por persona. Lo que más subió la cuenta fueron las bebidas y el postre. Además el local tiene una pequeña barra, a la que seguro volveremos para probar su vermut, con algunos platos como que pudimos probar, como sus torreznos o los buñuelos de bacalao. ¡Muy recomendable!

Buen servicio, los precios un poco subidos y cuidado con las copas, son demasiado caras, no vale la pena repetir

Maria José nos atendió de maravilla, todo estaba buenísimo, buén ambiente, impecable, estan pendientes de nosotros, lo recomiendo a todos, volveremos seguro

Muy buena experiencia en Felisa. En general comimos muy bien probando el menú Felisa que sale a 55€. Como punto negativo, las raciones nos parecieron escasas pero si se tiene en cuenta el precio de carta para cada plato pues, es entendible. Las gambas orly estaban muy buenas. A pesar de estar fritas no se sentían aceitosas. Lo acompañab con un alioli casero que estaba de locos. Muy bueno. Los guisantes con crema de cebolla y muy poca panceta también estaban ricos. Quizás podrían más generosos tanto con la panceta como con la crema de cebolla. Los dos principales también estaban muy bien. La merluza estaba muy fresca y la presa ibérica estaba extremadamente tierna. Por el sabor se reconoce que es cerdo pero a ratos incluso podrías pensar que es un excelentísimo corte de vacuno. Muy buenos. El postre nos encantó! Un milhojas de frambuesa con una crema montada que no es empalagosa y que con total seguridad esta hecha durante el turno del día. Muy adictiva. El servicio de pan y el aceite que usan es espectacular. La miga y la acidez del pan son estupendos. El servicio y el ambiente muy cuidado, de lo mejor. Al estar en la planta baja del hotel URSO no es raro escuchar música en vivo de fondo ya que el piano bar está al lado

La comida (menú degustación) riquísima, y el trato del personal mejor aún. Recomendadísimo.

Hacía mucho tiempo que no estaba tan a gusto en un restaurante. En un entorno elegante y alegre te atienden personas que realmente hacen fácil y respetan el difícil oficio de la restauración, ofreciendo unos platos perfectamante elaborados con los mejores productos de temporada: verduras en su punto con un riquísimo escabeche, guisantes con el tamaño y textura ideal, una delicada raya con setas y maravillosa tarta hojaldrada de limón y merengue. Estoy seguro que el resto de platos está a la altura.... Enhorabuena!!