Le Bistroman Atelier en Madrid

¡No sólo excelente, sino supremo placer!

La mejor atención que hemos recibido en Madrid. Cuidado por cada detalle que se agradece y marca la diferencia. Fuimos a celebrar y tanto mi marido y yo salimos 100% satisfechos, tanto por la comida como por la experiencia. No sabría decir qué fue lo más rico, pero sin duda las cocochas imperdibles! Mi única pega sería el creme bruleé, un poco gelatinoso para mi gusto, aunque bien equilibrado con el helado y bueno de sabor. Gracias a quienes nos atendieron por hacer de la cena un agrado de inicio a fin 🤍

Salimos encantados después de comer aquí hace un par de días. Nos habían recomendado el restaurante y superó expectativas ✨ El personal de sala muy simpático y atento, y el restaurante es espacioso; no tienes sensación de agobio o de aglomeración de muchas mesas. Y la comida… ¡espectacular! Nos hemos quedado con ganas de probar otros platos de la carta, volveremos seguro.

No teníamos reserva y pasamos por allí un sábado lluvioso a la hora del almuerzo. A pesar de ir con niños, nos recibieron con los brazos abiertos y nos dieron una mesa. ¡Tanto la comida como el servicio fueron excepcionales! Lo mejor fue la mousse de chocolate. ¡Sin duda volveremos!

¡Una experiencia para repetir! El sitio es súper agradable, con un ambiente cálido y acogedor que invita a quedarse. Los camareros fueron encantadores, atentos en todo momento y con recomendaciones acertadísimas. La comida… simplemente deliciosa. Cada plato tenía su toque especial. Si buscas un lugar donde comer bien y sentirte bien tratado, este es el sitio.

He ido un par de veces. El local es muy bonito y acogedor. Es un sitio muy agradable para una cena con tu pareja, pero está vez la comida no me gusto. Demasiadas mezclas de sabores sin demasiado ton ni son, que te acaba dejando el estómago del reves. Lo mejor el Champgne que nos acompaño; Eso sí.... 100€ la botella. Lo peor es que No se puede cobrar un servicio de pan para dos personas 9 euros cuando el mismo es una rebanada de pan blanco con mantequilla sin ninguna gracia. El magret de pato tampoco estaba rico... no estaba tierno, y solo sellado... en mi opinion, el pato crudo no hay quien lo coma, ni aquí ni en Francia. En fin... muchos fuegos artificiales en un emplatado perfecto (muy buen trabajo), pero una mezcla de sabores y texturas que me acabaron sentaron mal. Casi hubiese preferido quedarme en casa...

En general, mi experiencia fue una mezcla de platos sabrosos y una decepción considerable. Me decepcionó el Beef Wellington (90 € para dos), que encargamos con dos días de antelación. Como solo lo había probado una vez, tenía muchas expectativas, pero esta versión no cumplió con mis expectativas. El jamón estaba sorprendentemente duro y rígido, y la masa estaba demasiado horneada, lo que la hizo bastante seca. Por desgracia, la salsa que lo acompañaba no mejoró el plato. Sin embargo, la comida se salvó gracias a algunos platos excepcionales. Mi recomendación principal es el Pithiviers de Pichón de Mont Royal. Estaba absolutamente espectacular, con carne de pichón perfectamente rosada, maridada con foie gras y espinacas, lo que le daba un sabor rico y distintivo. También disfruté de la Terrina de Salmón Ahumado. Esta terrina de salmón ahumado, combinada con una cremosa salsa de cebolla y pan de carbón, fue una combinación innovadora para mí, por lo que definitivamente vale la pena probarla. El foie gras, en cambio, estaba simplemente bien y no me causó una gran impresión.

Desde que llegamos nos encantó el ambiente: coqueto, acogedor y con mucho estilo. El servicio fue de diez, súper amables y atentos en todo momento. ¡Qué lugar tan encantador! 💫 Nos dieron la opción de dividir los platos para que todos pudiéramos probar un poco de todo ¡un detallazo! y la verdad es que cada uno estaba más rico que el otro 😋. Se nota el mimo con el que cocinan. No os perdáis los puerros, la raya y la terrina de ave e ibérico… ¡espectaculares! Salimos felices, con ganas de volver pronto a probar el resto del menú. ¡Totalmente recomendable! ❤️

Restaurante de comida francesa. acogedor, cómodo y perfecto para una buena comida tranquila. Aunque tienen menú de degustación preferimos ir a la carta, que además admite la posibilidad de tomar medias raciones de algunos platos. Pedimos media de terrina de salmón. Exquisito y sorprendente. Un plato para el recuerdo. Y si bien era excelente, mejor aún los puerros asados, una verdadera delicia. De segundo compartimos una bullabesa excepcional. Casi deconstruida pero manteniendo el sabor original del plato. Y riquísimas las quenelles de merluza. Pan y mantequilla soberbios y un perfecto café que rematamos con un chupito de Calvados para celebrar una comida magnífica. Servicio excelente y atento. Los vinos franceses bastante subidos de precio. Tomamos por copas un burdeos que nos recomendó el sumiller que nos resultó bien, sin más. De precio, con vino con copas, entre 100 y 110 € por persona. Pero muy recomendable, y con carácter propio, muy diferente a la cocina fusión muy uniforme tan frecuente hasta en sitios de gama media alta

El Restaurante tiene un ambiente muy lindo, bien francés,la vajilla y servio excelente así como la atención y comida. Precios razonables.