El Chaflan en Madrid

Habitación muy bien, diferente podría decir con una cama comodísima y desayuno no buffet pero muy bueno

Tenía que dormir en Madrid centro entre semana por trabajo y esta era la única opción disponible a precio razonable (84€ vs el resto hoteles de los alrededores que estaban esa noche a más de 200€ y era un triste lunes de noviembre). Por lo tanto si nos ceñimos a la relación calidad precio, ubicación y trato del personal es una opción muy recomendable. El hotel se nota que ha sido remodelado con bajo presupuesto usando materiales del Bricomat y tratando de dar un toque moderno. La verdad que no está mal, aunque si quieres lujo o quedar bien en una primera cita igual no es la opción más recomendable. Yo sí volvería teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente y el buen trato del personal. Para desayunar mejor vete a cualquier otro sitio.

El personal fue muy amable, las habitaciones estaban limpias y bien si no quieres quedarte mucho tiempo en el hotel y prefieres explorar la ciudad, ya que la ubicación es excelente, cerca del metro y de un gran supermercado. El único aspecto mejorable es el desayuno, que solo ofrece café, zumo y pan dulce o salado, aunque puedes pedir huevos, etc., por un suplemento. No hay bufé de desayuno.

Muy bien ubicada y buena atencion

Es como dormir en una casa en construccion pero con ventanas y techo para que no te llueva, está bien localizada y si solo quieres usarla pa dormir, viene al pelo, si buscar algo más, no. Para meterse en la ducha solo hay que caerse de la cama :)

El personal es muy atento y amable, el sitio es muy tranquilo y alejado del jaleo del centro, pero muy cerca de dos estaciones de metro y parada de autobus. Muy recomendable. Los desayunos, por cierto, espectaculares

El personal fue amable, la ubicación no fue un problema para mí, ya que necesitaba estar en ese barrio, pero la habitación… ¿por dónde empezar? Prácticamente no tenía aislamiento acústico del exterior, los materiales parecían de mala calidad, la mitad de la habitación era en realidad un balcón, pero cerrado…

Cuando vamos a Madrid nos gusta pasar unos días por allí, nunca pensé que les pondría una reseña mala y menos por el personal ya que la mayoría son latinas y son unas persona super amables y atentas. Pero nos tocó los días 23y 24 de septiembre de 2025 por la mañana una señora mayor de pelo corto muy borde, ella iba hablándole muy déspota a todos los clientes, me llamó la atención sobretodo unos señores que llegaron riendo y contando anécdotas divertidas y ella nada más llegar les cortó diciéndoles que porque contaban eso que no tenía gracia ninguna. A mi mujer que pidió un café seguido de una tostada, ella al parecer no lo entendió y le dijo muy seria que se aclarara que la equivocaba, la verdad no entiendo en qué, pero puedo asegurar que tiene muy malas formas.Desayunamos dos días y esto pasó el primer día, a la otra mañana cuando volvimos a bajar y la vimos no sabíamos si quedarnos o buscar otro sitio y nosotros somos de huelva(Andalucía)que nos movemos con navegador, nos apetece ir a lo cómodo ya que estamos ahí hospedados queremos al menos levantarnos y desayunar tranquilos Por lo demás créanme que es un sitio super trankilo y lleno de personas muy atentas y profesionales

De esta establecimiento lo primero que hay que comentar es el personal, muy atentos y siempre con disposición a ayudar en todo sobre todo en lo referente a la ciudad y como moverse. Las habitaciones están bien, limpias y funcionales sin más, destacar la originalidad a la hora de hacer las habitaciones. La ubicación no es la mejor, pero bien conectada por metro y bus con el centro. El punto débil y sirva como advertencia es el aparcamiento, no dispone de el, y la zona está totalmente regulada con zonas verdes y azules. Lo más recomendable y por indicaciones del personal es aparcar por la zona más cercana de Arturo Soria donde el aparcamiento es libre, previamente dejar el equipaje en el hotel ya que disponen de consigna y aparcar. Puedes volver en bus con la línea 29. Volvería sin lugar a dudas

Teníamos previsto alojarnos en el centro, pero cambiamos de hotel por falta de disponibilidad, así que acabamos aquí. Es un hotel boutique un poco pequeño y peculiar. Nuestra primera experiencia fue quedarnos atrapados en el ascensor, ya que solo tiene capacidad para dos o tres personas a la vez. Las habitaciones tenían un aire muy casero, con detalles colocados de forma un tanto desordenada. Sin embargo, no dejaba de tener su encanto. Las camas y las toallas estaban limpias. El desayuno en la cafetería era un auténtico desayuno español: tostadas con tomate y aceite de oliva, zumo de naranja y café. Espartano, pero pintoresco y encantador. También puedes pedir café y zumo gratis. Por la noche, puedes tomar algo en el bar, y las cervezas locales eran la mejor opción. Las tapas de aceitunas o patatas fritas venían gratis con la bebida. El servicio fue amable, aunque me costó comunicarme en español. Me fui con muy buenos recuerdos de este lugar, especialmente del personal. Me encantaría volver en el futuro.