La Maruca - Castellana en Madrid

Solo suelo ir a la barra, no a la zona del restaurante. Todo está muy bien, salvo el servicio, en atención, estilo y ruido excesivo al preparar / recoger platos.

Buen sitio para picotear, creo que ha bajado un poco, servicio correcto

¡Me comí la mejor tortilla de todos los tiempos! La tarta de queso es especial, ¡deliciosa!

Todo muy bueno y sitio muy bonito. Lo único el servicio un poco lento, sobretodo para las bebidas

Bueniiiiisima elección 😋 La tarta de limón una de las mejores que he probado, importante dejar ese huequito porque tiene un tamaño que vale su precio. La tortilla de patatas es espectacular a nivel de tu madre o abuela, eso son términos muy serios. Es un acierto seguro, eso sí si vas en primer turno la estancia en local es más limitada.

Demasiado ruido, demasiado gente demasiado correrrrrrrrr para una comida por mucha “importancia” que le den a dicho sitio

Fuimos a comer y la experiencia muy buena. El servicio fue rápido y la comida muy buena. Cogimos para compartir un pincho de tortilla cada uno, unas croquetas de cocido, unas rabas de santander y unas empanadillas de atun. De segundo cada uno cogió un plato siendo el san jacobo, chipirones y bacalao. De postre cogimos tarta de queso y brownie para compartir. Restaurante muy amplio con terraza exterior e interior. Muy recomendable.

La Maruca ofrece una experiencia gastronómica refinada y a la vez accesible, atendiendo a la perfección al público de negocios que llena su espacio elegante y sin pretensiones. La carta se basa en ingredientes de calidad y sabores clásicos, elaborados con precisión, aunque me dejó con ganas de algo más emocionante. Empezamos con las croquetas de carne de cocido, impecablemente fritas: doradas, crujientes y con un interior de bechamel aterciopelada impregnado de la profunda y reconfortante esencia de la carne cocinada a fuego lento. Un ejemplo de técnica de manual, aunque no sorprendieron. El tartar de aguacate y salmón ahumado de "Las Coruñesas", con su cremosidad y su delicado ahumado, estaba bien equilibrado, realzado por el sutil toque del queso. Un plato agradable, pero con un toque seguro. El plato estrella de la comida fue, sin duda, la merluza de rula La Original: cocinada a la perfección, su textura hojaldrada y jugosa reflejaba la frescura del pescado, con una preparación sobria que realzaba su calidad. Un plato de discreta elegancia, pero que podría haber necesitado un toque más de audacia para hacerlo verdaderamente inolvidable. El servicio fue profesional y atento, logrando el equilibrio perfecto entre eficiencia y calidez. El ambiente, dominado por el bullicio de las conversaciones de negocios, es ideal para almuerzos informales y cenas sofisticadas pero relajadas. En general, La Maruca ofrece consistencia y calidad, lo que la convierte en una opción confiable. Si bien cada plato fue elaborado con esmero, me encontré deseando un toque de innovación para elevar la experiencia de simplemente agradable a verdaderamente memorable.

El restaurante está bien decorado, pero hay bastante ruido. No está bien y insonorizado. Pedimos anchoas, alcachofas, atún con tomate ….. está todo bueno. No me gustó que te pongan un tiempo para comer y te acaben levantando de la mesa. Siempre terminas comiendo a toda prisa. El servicio de camareros es semiprofesional Aunque atendieron amablemente y rápido

Es un sitio agradable, con servicio rápido, mesas bonitas. Comida excelente, todo lo que comimos nos ha encantado. Primero para picar patatas bravas, ensaladilla rusa, rabas y tortilla de patata de ensueño. De segundo albóndigas muy buenas con mucha salsa, callos ( brutales) , alcachofa plancha, menestra de verdura ( muy buena) y cocido lebaniega ( muy bien preparado). Una copita de Ribera. Que llegó un poco tarde y no me la han cobrado. De postre para compartir Brownie. Un pero para un sitio donde se come excelente, el pan es gomoso. Una pena Volveré.