La Catedral en Madrid

Reservamos para comer, llegamos y sentamos a tomar un aperitivo antes y mirar un poco la belleza del sítio!!!

Sitio estupendo, un clima acogedor, gran atención de su personal y comida de menú atractiva y apetitosa.

¡Me sorprendí cuando leí los comentarios! Nos gustaron mucho los platos que ofrece el restaurante, los pescados que ofrecen son frescos, los platos variados y una relación calidad-precio casi inmejorable, ¡lo recomiendo!

Lugar acogedor y un menú calidad precio bastante bueno.volveremos

Bello lugar para compartir y Danny nos atendió excelente 10 puntos

Este sábado. Dia 13 estns comiendo con unos amigos y le pongo solo una estrella. Por el servicio y el trato de un camarero a la hora. De pagar cuando unos querían pagar con tarjeta y otros en efectivo. , el lío no abrís passo si el camarero abría echo su trabajo que para algo se le paga después de esto por mí parte uno que no pida más la catedral 😡😡😡

La comida estuvo deliciosa el servicio estuvo genial pero a la hora de cobrar hubo muy mala actitud por parte del camarero que nos iba a cobrar 😡😡😡😡

¡Tuve la mejor paella de mi vida! Lugar muy recomendable para probar su paella!

Un menú con una excelente relación calidad-precio, el lugar está muy bien ambientado. La calidad de la comida es muy buena y fresca, solo lamento la falta de amabilidad de nuestra camarera.

Fue una sorpresa encontrar este local en el centro de Madrid. Entre toda la oferta gastronómica que puede encontrar un turista que se mueva por la zona, este local puede pasar desapercibido. Aunque le pongo 4 puntos (sobre 5), una valoración más justa estaría en 6 sobre 10. Paso a valorar mi puntuación. Un menú de fin de semana (sábado) en pleno centro de Madrid por 20€, bebida aparte me parece un buen precio. Más aun si los comparas con una hamburguesa o unos huevos estrellados por 16€ (bebidas aparte) un par de calles más abajo. Para un turista que no conoce Madrid y no se quiere dejar la cartera en el intento puede ser una opción. Respecto a las raciones, yo diría que son justas. Desde luego no son abundantes. La presentación tampoco es para tirar cohetes, pero hemos venido a comer a un restaurante de los de toda la vida. Si eres fan de Master Chef o de crónicas carnívoras, este no es tu sitio. Respecto a la calidad de la comida, son los platos de siempre: una cocina tradicional. Sin pretensiones. Bien hecha. La cola para entrar a comer y las reservas que vimos mientras esperábamos abalan un poco la calidad y servicio del sitio. Respecto a tiempos de comida y servicio... No es un lugar para ir con prisas. El local es grande; por lo pude ver son dos plantas de comedor y esta bastante (¿demasido?) bien aprovechado. Una vez que te sientan a comer los tiempos entre platos no son excesivamente largos y no se tiene la sensación de que se han olvidado de la mesa. Teniendo en cuenta que era fin de semana y el restaurante estaba lleno, considero que los tiempos de espera fueron muy razonables. Imagino que entre semana la cosa cambiará. Respecto al local, está claro que no deja indiferente a nadie. Primero la decoración. Quizá está desactualizada. Está más acorde con los años 80-90 que con la imagen que se espera encontrar en 2023. Pero la madera, lámparas y vidrieras sí que consiguen dar ese aire a catedral que buscan con el nombre. El espacio ente mesas es bastante justo. Todavía se tiene sensación de intimidad pero está claro que al local no le cabe una mesa más. Un camarero y un cliente no pasan a la vez por el espacio entre mesas. Me gustó la decoración, la comida y el servicio. Sin ser nada del otro mundo (que tampoco buscaba), creo que es un buen local para comer. Sin duda volveré. Eso sí, reservando con antelación.