La Caseta de Bombas en Santander

La comida es espectacular porque los ingredients son de primera calidad.

Me encanta cómo trabajan el producto local con carnes y pescados a la brasa de gran calidad. Las guarniciones también exquisitas. Comes bien y no te sientes pesado. El local tiene historia y eso lo hace único, tanto en ubicación como en decoración y, por sus valores, apoyando a los pequeños productores. Valoro mucho encontrar en un restaurante alimentos naturales y ecológicos. Fueron rápidos en atendernos y en salir los platos. La maitre muy bien, pero lo de la camarera mascando chicle toda la noche ....

Está muy bien pero un poco caro y no tienen menú del día diario ni fin de semana

Un lugar excepcional, atendido por algunos de los mejores talentos de la restauración de Santander, así que le espera una cálida bienvenida. Unos de los ingredientes más frescos que he visto en mucho tiempo, todo servido en cocina abierta, lo que demuestra que este equipo domina su arte. Y además, se puede saborear con cada delicioso bocado. Si no se decide por uno de la extensa carta de pescados que ofrecen, pruebe el Solomillo de Tomate con Queso Fresco, una visita obligada, junto con sus exclusivas Rabas de Peludín, todas acompañadas de un vaso alto de su Vermut "Cielo" bien frío. ... y ni hablar de todo esto, ambientado en la elegante Caseta de Bombas, restaurada en el Muelle de Gamazo, con vistas a la bahía de Santander. 10/10, un restaurante imprescindible.

¡De otro mundo! Gente genial en todos los sentidos. Absolutamente impecable y de una calidad muy superior a la de cualquier otra comida que puedas encontrar en Santander. ¡Muchas gracias! 🙏

Tranquilo restaurante un día entre semana para cenar pescado absolutamente fresco. Ambiente cálido y luz de velas en los amplios ventanales. Servicio atento.

La comida estaba toda muy buena, y la atención del personal fue extraordinaria. El precio un poco elevado, pero no excesivo

Gente muy amable y abierta, lo disfruté muchísimo. El anfitrión fue muy agradable, me sentí como en casa.

La caseta de las bombas es un lugar estupendo, no sólo por la ubicación, sino porque ha sido reconstruido y adaptado a su uso actual con muchísimo gusto. De hecho, merece la pena bajar ( el acceso está permitido) por la escalera que hay en el restaurante y ver el espacio de abajo. La propuesta del restaurante está bien, sin ser nada especial. Los precios, sin embargo, nos han parecido excesivos para la calidad que ofrecen: raciones muy pequeñas, ausencia de manteles de cualquier tipo en la mesa y abuso de socorridas salsas en ensaladas, más propias de bares baratos. El colmo, en mi opinión, es el precio de una simple caña de cerveza a 4,50 euros (!!!) . Las ensaladas bien, aunque raciones demasiado rácanas; carne y pescado, ricos, postres buenos y copas de vino también un tanto raquiticas. Teniendo en cuenta calidad, producto, atención, comodidad....me parece excesivo el precio ( casi 60 euros/pp) sobre todo, teniendo en cuenta que en Santander hay sitios que, por la mitad de precio, ofrecen mejor calidad.

Hemos repetido varias veces, nos encanta el local, el entorno, la comida y el servicio. Esta vez no fue menos, estuvo todo a la altura, pero si he de decir que el precio nos pareció muy alto para haber compartido 4 raciones (rabas, croquetas, chistorra...) y un pescado de ración para cada uno (6 cervezas, agua y 2 copas de vino, con postre, sin café), 136 euros/pareja. Aun así, sigue pareciéndome un sitio a recomendar.