La Carbonera en Madrid

Estuvimos cenando una tabla de quesos, un pastel de carne y las sardinas ahumadas. De postre la tarta de chocolate. Todo muy rico y una selección de quesos maravillosa. Maridamos con un vino blanco y dos tintos diferentes. Un sitio recomendable.

Lugar ideal para ir a comer unos quesos y tomar buen vino. El lugar es pequeño, por lo cual suele ser necesario hacer una reserva previa. La atención es muy buena. Lo recomiendo.

Espectacular trato!! Increíbles quesos!!! De 10!!!

La Carbonera es uno de esos lugares que, sin necesidad de grandes pretensiones, logra dejar una impresión bastante sólida. Desde el principio el ambiente se siente cálido y acogedor, con un estilo sencillo pero cuidado que invita a quedarse un rato largo. No es el típico restaurante ruidoso del centro, aquí hay un aire más tranquilo, perfecto tanto para una cena en pareja como para una reunión entre amigos que disfrutan de conversar sin levantar la voz. El punto fuerte, sin duda, está en la selección de quesos y vinos. La carta demuestra que se lo toman en serio: variedad interesante, bien explicada y presentada de manera que incluso alguien poco entendido pueda animarse a probar cosas nuevas. No es un simple “queso y copa de vino”, sino que se nota un trabajo de selección detrás. A eso se suman chacinas y tapas que completan la experiencia y evitan que se vuelva repetitiva. El precio, unos 30-40 euros por persona, puede parecer algo elevado si se compara con bares de tapas más informales, pero aquí lo que se paga es la calidad del producto y el ambiente cuidado. Tampoco diría que es un lugar para ir todas las semanas, pero sí para ocasiones en las que apetece algo diferente y bien hecho. El servicio acompaña bastante bien: atentos sin resultar agobiantes, siempre dispuestos a recomendar y con buena disposición. En conjunto, La Carbonera es un sitio que merece la pena conocer en Madrid, sobre todo para quienes disfrutan de los quesos artesanales y el vino. No es perfecto ni pretende serlo, pero justamente en eso reside parte de su encanto.

Posiblemente sea la sexta o séptima vez que venimos… la perfección está solo a la altura de unos pocos,… es el camino el que os hace grandes, y nosotros, prometo, iremos “picando” por “el camino”… La atención, la forma, el acompañamiento, la cultura del queso que lleváis de vuestra mano, os hace grandes y distinguidos. No cambiéis,… nada.

Estuvimos en una cata guiada de quesos y vinos, fenomenal la experiencia.

Participamos en una cata de quesos con maridaje y disfrutamos mucho de la experiencia. Nos sorprendieron algunos de los quesos y vinos propuestos y nos encantó el trato de Marcelo y su forma de transmitir las notas de la cata.

Una delicia todo, un regalo para el paladar. La atención perfecta de principio a fin. Volveremos a experimentar la cata!!! La tabla de quesos excelente, la burrata con tomates cherry mmmmmmm. Y la cara de maridaje espectacular! Grandes vinos muy diversos y sorprendentes! Sin duda muy recomendable

Nos encanta encontrar restaurantes donde se puede disfrutar de una tabla de quesos artesanos y a la vez probar platos pensados también para disfrutar del queso. El restaurante es pequeño pero muy acogedor, el personal fue un encanto, y los platos estaban todos riquísimos. Sí que la tabla de quesos, los 4 quesos fueron un poco escasos para el precio en nuestra opinión.

Fui por un bono que me regalaron y resultó un gran acierto. El lugar es muy acogedor y la atención te hace sentir bienvenido. La ensalada de judías, con queso y mini lascas de cecina es novedosa y deliciosa. La tabla de 8 quesos, desde el suave hasta uno con más fuerte y auténtica personalidad fue un inmenso placer. Su bolsa de panes y el vino que me recomendaron cerró la experiencia con broche de oro. Sin duda volveré.