Restaurant Abat Cisneros, España en Barcelona

Comida y servicio excelente. Comida de calidad y servicio de 10 Gran descubrimiento, es la segunda vez que vamos y volveremos cada vez que estemos de visita .

Fue el día del apagón, estábamos en Montserrat en familia y ya pensábamos que nos quedábamos sin comer, pero si sirvieron comidas, casi toda la carta, todo muy bueno, y pese a las circunstancias, muy bien. ¡Muchas gracias!

Nos encantó la comida, y el trato de todo el personal fue excelente. Cuando vuelva a Montserrat desde luego repetimos.

Intención de gourmet pero no lo es, comer bueno, abundante pero no exquisito. Amiento agradable y familiar

El personal es muy amable y atento, los platos muy buenos. El ambiente es muy agradable y familiar. Probamos el menú de invierno y esta semana el de primavera, buenísimo y muy acertado. Con ganas de volver!!!

La comida no estaba mal pero al llegar a casa nos sentó mal el arroz de plato principal que nos sirvieron. Precio también algo elevado. La puntuación la salva el camarero que nos presentaba los entrantes que además nos trató de maravilla todo el servicio.

Una experiencia absoluta para delegados en este restaurante. Servicio perfecto combinado con excelente cocina, una joya escondida en el horizonte.

El restaurante a la carta está bien, buen producto, buena elaboración (nuestra comida). Recomendable. Servicio muy atento. Local acogedor en la sala empedrada. Servilletas y mantel de ropa. El menú correspondiente a la media pensión del Hotel Abat Cisneros, muy mediocre (nuestra cena).

El restaurante, dentro del hotel del mismo nombre, era antiguamente el bloque estable del Monasterio de Montserrat, y está convenientemente ubicado al lado. Data del siglo XVI, con paredes de piedra y techo de piedra, tiene carácter histórico y ambiente. La mayoría de las opciones para comer en Montserrat son bastante funcionales, esta es tu mejor opción si estás buscando una experiencia de servicio y comida más pulida. La oferta de almuerzo es un menú de 4 platos con un precio de 39 €. 95 . Esto era mucho más comida de lo que queríamos para el almuerzo, pero aún así preferible a las alternativas turísticas, corrientes del molino. El menú catalán incluye 2 aperitivos de estilo canapé servidos automáticamente, seguidos de una selección de plato principal y pudín. Los platos fueron presentados cuidadosamente e indicativos de un chef con habilidad y estilo creativo, aunque mi plato principal de pato, aunque sabroso, estaba casi frío como piedra, y mi pudín, arruinado, por la madre de todas las desagradables cocinas... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los vinos eran buenos y a un precio razonable, el personal de camareros atuendo inteligente y agradable, pero ligeramente robótico.

Tuvimos un cambio de planes de última hora y terminamos yendo a Montserrat sin ninguna reserva. Llegamos a la cima, disfrutamos de las impresionantes vistas y buscamos el almuerzo. Tuvimos suerte al anotar una de las únicas mesas que quedaron en el restaurante y procedimos a tener una deliciosa comida. Quizás sea porque no teníamos una idea preconcebida de lo que encontraríamos que estábamos tan impresionados con todo, pero realmente, había algunos platos divertidos e inventivos bellamente presentados. Ambos tuvimos lo que el servidor describió como el “plato estrella:” el “cabrito de cabra horneado a baja temperatura, hierbas campestres” y realmente merecía esa etiqueta. La carne tierna se cayó del hueso con la cantidad justa de hierbas servidas con papas en rodajas finas bañadas en la salsa. La crema catalana y las trufas de chocolate con sorbos de ratafia completaron la experiencia a la perfección. El entorno en la antigua abadía con techo redondeado y murales interesantes nos hizo no preocuparnos por tener una vista, el espacio se sentía especial. En general, una experiencia maravillosa que nos preparó para abordar la exploración de la cima de Sant Joan.