Horno San Luis en Córdoba

Ambientazo!!! Para bailar y echar un rato con amigas . Genial, eso sí, a tope de gente.

Sitio pintoresco muy cerca de la mezquita. Entramos a tomar un vino y el camarero muy agradable pero los precios son excesivos, por un verdejo y 3 finos 18 euros. Un oloroso más de 6 euros y el camarero ha escurrido el final de la botella en la copa y ha abierto una nueva mezclando el vino para completar. No me ha parecido muy correcto sobre todo con ese precio.

Hemos comido croquetas, alcachofas y pan thi de rabo. Estaba todo muy sabroso y confeccionado con buen producto. La atención ha sido muy agradable y los tiempos. Hemos pasado un rato muy agradable en todos los sentidos. Sin duda, repetiríamos. (Hemos ido en día laborable)

Muy buena comida con un ambiente estupendo

El servicio fue espectacular, los camareros son muy amables, rápidos y atentos. Sin duda volveré.

Fuimos de Casualidad, nos dejamos sorprender, y nos sorprendió gratamente si quieres salirte del salmorejo, el flamenquin, y los tópicos cordobeses pide que te recomienden.

Después de varios años viviendo en Córdoba, primera visita con familia y niños. Trato exquisito, comida super buena y muchos pequeños detalles que marcan la diferencia.

Un lugar con un encanto especial. Todo lo que comimos estaba espectacular. La camarera muy simpática y servicial y el detalle de ponernos un chupito después de comer tanto a los adultos como a los niños (sin alcohol) ha sido un puntazo. Recomendable 100%

La comida buenísima y los camareros guapísimos!

Estuvimos encantados y repetiremos aunque con algunos apuntes. El timing a la hora de servirnos fue muy bueno, a la vez que el trato y las recomendaciones. Los cócteles estaban riquísimos. En la terraza de arriba del todo se está verdaderamente a gusto de noche, y hay ventiladores. En la segunda planta hay buena música y aire acondicionado. Sobre la comida: Burrata con tomates fresas y vinagreta de mango: estaba espectacular, pero echamos en falta un punto algo más cítrico y salado que rompiera un poco más con el sabor de las frutas. Tataki de presa ibérica con vinagreta de pistachos: simplemente perfecto, la cebolla morada le daba un punto crujiente y fresco y la carne se deshace sola en la boca. Adictivo. Pad thai de rabo de toro, leche de coco y curry rojo: Brutal. La cantidad bastante grande, excelente para compartir. Tarta de vainilla, coco y chocolate blanco: Quizás el sabor suave de la vainilla, coco y chocolate blanco es una mezcla demasiado suave y esperábamos algún sabor que rompiera más, igualmente a falta de algún toque cítrico que rompiera por qué se queda algo empalagoso y insipido. Aún así se notaba lo recién echo y también en su punto perfecto de frío. Tarta de queso: muy buena pero falta algo que la acompañe y rompa. Quizás los precios de los postres hacen que te esperes algo más. Pero sin duda repetiré por qué la carta es para probarla enterita y por cuatro platos es injusto tomar como negativa esta valoración. Simplemente hay cosas que cambiaría.