Fismuler en Barcelona

La comida aquí es realmente deliciosa, con una ventaja inesperada: ¡espinas de pescado en la tortilla de bacalao! Claro, encontrar un hueso en un filete de bacalao puede ser razonable, pero ¿en una tortilla? No es exactamente lo que cabría esperar, especialmente porque el bacalao no es conocido por su abundancia de huesos diminutos. Cuando se lo mencioné al camarero, me aseguró que era "normal", ¡toda una tranquilidad! El segundo hueso me llevó hasta el gerente, quien me ofreció un sincero "lo siento" y se fue rápidamente. ¿Quizás los huesos son la forma que tiene el chef de añadir un poco más de textura? De lo contrario, ¡excelentes sabores!

Increïble sitio para cena con amigos/ trabajo o cita romantica mientras disfrutas de una muy buena experiencia gastronomica. El lugar es muy acogedor y bonito, ya cuando entre sabia que toto iba a estar riquíssimo. Los platos son originales, cuidando al detalle los sabores, matices y notas de su comida. Nuestra parte favorita: los postres, que nos guataron tanto que repetimos de abmos. Pedimos tarta de queso y brazo de gitano de tiramisu. El precio nos sorprendio, porque a pesar de pedir vino y doblete de postres con 4 platos nos salio por apenas 40€ . Sin duda 10/10.

Ya sea que esté aquí para una comida de negocios con clientes, una cena romántica o una comida informal con amigos o familiares, Fismuler Barcelona atiende todas las ocasiones con estilo y estilo. La comida es excelente, con un menú que cambia según las estaciones, pero que siempre presenta ingredientes de primera calidad y una atención meticulosa al detalle. Los platos destacados incluyen las navajas, que se encuentran entre las mejores que he probado, y la milanesa de pollo empanizado y trufada, ambos absolutamente vale la pena probar. El servicio en general es bueno, aunque ha habido ocasiones en las que nos hemos sentido un poco frustrados por los tiempos de respuesta lentos o por el personal que parecía un poco poco capacitado a la hora de manejar solicitudes u objeciones especiales. Un poco más de coherencia en el servicio sin duda podría mejorar la experiencia general. El ambiente en Fismuler suele ser excelente y puede adaptarse a una variedad de ocasiones. Dicho esto, en nuestra última visita, tenían música en vivo tan alta que hacía casi imposible tener una conversación, lo cual fue un poco decepcionante. En cuanto a los precios, son justos para la calidad de la comida que se ofrece, aunque no es una opción económica en absoluto. En general, Fismuler tiene el potencial de ser uno de los principales lugares para cenar de la ciudad, pero en mi opinión, podrían mejorar su consistencia, tanto en el servicio como en la experiencia gastronómica en general, para elevarlo realmente al siguiente nivel.

Todo lo que he probado era muy bieno. Ambiente super, servicio bueno

Solo he ido dos veces a comer la famosa escalopa con huevo y trufa (y la parmentier de acompañamiento). Es una pasada de buena.

Comida de calidad, abundante y con precio acorde. He venido varias veces para eventos de grupo y cena de pareja y encantado.

Comida espectacular. Pero lamentablemente hoy el servicio ha sido regular. Habia muchos camareros pero nos hemos sentido ignorados. No hemos podido pedir bebida durante la comida y la cuenta ha tardado media hora más de lo debido tras pedirla a 3 camareros diferentes.

Restaurante muy bonito con buenas vibraciones. La comida en general era buena. Uno de los platos (el rodaballo) fue decepcionante, el pescado no tenía sal y la lechuga asada era horrible (sin sabor, sin sal, sin vinagre, sin nada). Aunque no lo tocamos y el camarero se dio cuenta y preguntó por qué, no hicieron nada más al respecto.

Excelente servicio, local sencillo pero muy cómodo y funcional. La comida excelente, las navajas gratinadas fantásticas, la tortilla de bacalao buenísima y el escalope San Román un acierto. Para acabar la tarta de queso está muy buena. Relación calidad/precio muy acertada.

Me gustó este restaurante. Es elegante y tranquilo con música de ambiente, y el servicio es buenísimo. En general la comida es de calidad. Las ostras estaban deliciosas. La tortilla de bacalao estuvo bien, aunque fue lo que menos destacó. El arroz con acelga y almejas era bastante curioso, también me gustó. Las alitas de pollo con trufa fueron una sorpresa. Luego cogimos la escalopa San Román, es increíble que una simple escalopa se convierta en un plato delicioso. Con huevo, trufa y una salsa de patatas, es lo mejor que hay, y seguramente haya más platos igual de buenos. Llena pero está bueno. Y respecto al cheesecake, la verdad me lo esperaba bastante mejor, estaba cremosa pero tenía un gusto a queso fuerte que no terminó de encantarme, fue una ligera decepción. Pero en general es recomendable.