Era del Salasse en Salàs de Pallars

Se está muy a gusto y te atienden siempre con buena cara, la comida muy buena y el ambiente no tiene precio. El ambiente de montaña es insuperable.

¡Pizzas artesanas originales y sabrosas! Local bonito y acogedor.

¡Parada obligatoria! Tanto las pizzas como el postre buenísimo. Muy amables y rápidos. ¡Volveremos!

Restaurante increíble, acogedor y delicioso, con un personal muy amable y muy acogedor. Probablemente sea el mejor restaurante de la región.

Lugar muy bonito, personal atento y pizzas buenísimas.

Fantásticas pizzas. Sabores y mezclas de productos fantásticos, había una que llevaba ratafia, una que llaman l'ou com balla (el huevo que baila), estupendas.

¡Espectacular! Las pizzas inmejorables, el personal una auténticos cracks y el espacio con un encanto especial.

Hemos cenado 4 y hemos comido muy bien. Es necesario reservar y los chicos son muy atentos.

El local es precioso y las pizzas son una locura, pero los camareros dejan mucho que desear tanto en atención como en eficacia

Cuando llegamos a la zona estuvimos buscando un restaurante tipo pizzeria para cenar, y guiados de las reseñas del lugar, hicimos una reserva en este restaurante. Al llegar, tuvimos que esperar unos 18 minutos, no nos importó porque vimos el ajetreo que llevaba el personal ( por cierto nos sorprendió que para ser un sitio que llena todas las mesas, hubieran pocos camareros) aunque si que reconozco que la chica que nos atendió arregló ese pequeño enfado que llevábamos, ya que el niño tenía hambre y de ver pasar y pasar pizzas recién hechas se relamia la boca, al sentarnos, ya teníamos al niño revolucionado de esperar y estaba inquieto y medio llorando, nos trajo la bebida y al verlo así, empezó a hacerle reír... y en menos de dos minutos lo teníamos callado y pintando hasta que llegó su pizza, ( le trajo unos cubiertos con pinturas para colorear y se lo ganó!) He de decir que la cena salió enseguida y estuvo todo de buenísimo, nos encantó la fusión de la pizza, el toque y lo especial, estabamos perdidos y no sabiamos cual escoger, asi que le pedimos opiñion y nos aconsejó la de jamón serrano, y otra con productos de la zona, nos encantó! Y para acabar nos recomendo un postre que se llamaba "figamisu" nos comentó que los postres eran caseros ya que los hacía el jefe del restaurante. Opino que es otro encanto del sitio, los postres. la verdad que al llegar nos dio un poco de mal rollo, nada mas entrar vimos una bandera un poco rara, jeje y el chico que nos atendió en la barra nos habló en catalán y aún contestándole en castellano no se inmutó, pero la chica que nos sirvió empezó hablar en catan y en cuanto vio que hablábamos castellano cambió de dialecto, y nos gustó mucho! Super recomendable el lugar! Muchas gracias a la camarera que nos atendió!