El Rincon Del Convento en Oña

Hemos estado en el bar desayunando, despues de pernoctar en el area de autocaravanas... el café riquisimo y los pinchos de tortilla aún más. 7.20€ por lo que se ve en la foto, 2 cafés medianos y 2 pinchos. Gracias, ayuntamiento de Oña, por tratar al turismo sobre ruedas tan bien. Ahora nos iremos a echar gasolina a la estación que está en el pueblo. Nos vemos pronto.

Mi experiencia es agridulce,la habitación es correcta y limpia nada que objetar, pero teniendo el hotel bar restaurante dábamos por hecho que podríamos cenar allí,en ningún momento se nos dijo al hacer la reserva (con dos meses de antelación)que por ser fiestas en el pueblo ni siquiera nos pudieran hacer un simple bocadillo,ni allí ni en ningún bar del pueblo,ya que en fiestas se ve que los huéspedes se tienen que buscar la vida,los pocos bares que sirven algo ya estaban reservados para los del pueblo (normal) y en todos los bares era lo mismo que en fiestas no sirven cenas,la respuesta del dueño que nos compraramos una hamburguesa de los carromatos que ponen en las fiestas,cuando a las 11 de la noche aun no estaban abiertas,solo encontramos un trozo de empanada en un bar,el segundo día nos compramos la cena en un supermercado, creo que esto se tenía que avisar ya que el pueblo está alejado para ir a cenar a otro pueblo,en resumen en fiestas no lo recomiendo.

Siempre vamos a tomar el pincho cuando pasalosnpor Oña

No tiene aire acondicionado, comida bien,no dan cenas,y no tiene registro de habitaciones cosa que está prohibido busca otro sitio

Buen café buenos pinchos y muy buena comida el menú fin de semana excelente

Mucho ruido gente cantando asta altas horas ,pasamos mucha calor un sinple ventilador i no podiamos abrir ventanas por ruido .

Si llegas a Oña en moto, el Rincón del Convento es ideal: te reciben con los brazos abiertos e incluso ofrecen un garaje cubierto (¡y gratuito!) a pocos pasos del hotel, para que tu moto duerma tan bien como tú. Las habitaciones son cómodas y limpias, hay una gran variedad de servicios, y si tienes hambre, su restaurante es una visita obligada para terminar el día de maravilla. La guinda del pastel: ya estás en el corazón del centro histórico, listo para explorarlo a pie en un abrir y cerrar de ojos.

No puedo valorar las habitaciones pero los pintxos, los camareros y la ubicación, excepcional

Solo comimos, 3 personas. La comida....muyyy normalita.Las croquetas eran de....sabor a.... no de de.

Nos lo recomendó una vecina de Frías y no pudo ser más certera en su consejo. Un lechal de 9,99 sobre 10. Al igual que el entrecot y los primeros que fueron ensaladilla rusa y arroz negro con sepia. Buenos postres y buena atención. Con anterioridadven la barra Buenos pinchos. Si vuelvo por la zona repetiré. Seguro