El Perro y la Galleta | Castello en Madrid

La verdad que es un muy buen restaurante, comimos increíble, pero Johnny el administrador fue muy falta de respeto. A pesar de nosotros tener una reserva cuando llegamos nos recibió con mala cara y mala actitud porque el restaurante estaba lleno y con retraso. Nosotros accedimos a entrar igual porque nos daba igual, después de eso comimos y fuimos atendidos de muy buena manera por Viviana, hubo demora pero daba igual si lo sabíamos. Después a las 22:45 queríamos tomarnos una copa a la cual Viviana estaba tomando nuestro pedido, y en ese momento aparece Johnny gritando que ya no se puede pedir nada que el restaurante va a cerrar. Le preguntamos a que hora cerraba y nos dijo que 12-1, por lo que realmente fue una burla para nosotros. Es un muy buen restaurante comida muy rica! Pero lamentable que haya gente así representando su marca.

Muy interesante, con un servicio exquisito y un producto elaborado y rico. Restaurante que admiten a tu mascota

La comida súper deliciosa muchas gracias ☺️ regresaremos, la atención súper profesional

Todo genial como siempre en el perro y la galleta. Los champiñones una pasada. El cachopo nada del otro mundo, mejor probar otra cosa. El arroz mar y montaña muy bueno, un poco seco pero es normal ya que viene con rabo de toro. Precios medios de la zona, un agua de un litro 4,30€ de solan de cabras

Una cena fantástica para celebrar nuestro 50.º aniversario de amistad en un lugar elegante y encantador. Excelente servicio a cargo de Andrey. Gracias por una noche memorable.

Muy bueno todo! Recomendado el solomillo y el lomo alto

Comida excelente y el.camareri Kevork nos atendido bien.

Ambiente súper amable todo el momento, y un 10 la comida y el servicio de Frank. Fuimos con nuestra perra, y se portaron como si estuviera en casa Repetiremos sin duda!

Comida súper rica en un ambiente agradable! Buena atención y uno de las mejores tartas de queso con frutos rojos que he probado!!

He ido dos veces y aunque el sitio es muy bonito y agradable, el servicio, sobre todo de uno de los camareros fue penoso. Era antipático y no quiso anotar nada, luego se confundió y trajo un arroz por otro. En todo momento parecía estar perdonandonos la vida. Y la comida muy regular: las albóndigas duras y frías , los calamares chiclosos y el pan trozos calientes y otros duros.