Tras una correcta y amable recepción, me asignan una mesa en un rincón agradable, con vistas a la calle, y empiezo a leer la carta y el menú del día (ambos con una presentación aceptable y bien organizados los distintos platos que ofrecían). Una vez decidido lo que iba a pedir, no tuve que esperar mucho para que me atendieran y me tomaron nota. Escuché, a otros clientes cercanos, quejarse de que no fuese posible pedir algo que habían elegido en la carta. Yo tuve suerte en ese sentido, ya que mi elección era muy básica y facilona (en teoría). En unos cinco minutos, me sirvieron lo elegido, y no me gustó lo que estaba viendo: Se trataba del muy socorrido plato consistente en un filete de pechuga de pollo con patatas fritas y un huevo frito. Pues bien, las patatas fritas estaban pringosas y blandujas (quizás ellos las hagan así de forma consciente y no sea un fallo, pero a mí me gustan crujientes (no duras) y no encharcadas en aceite (para gustos..., los colores). El huevo frito podría pasar como aceptable, pero el tranco (mazacote por gordo y mal trazado) de filete de pechuga no tenía un pase: Poco hecho, con zonas sonrosadas y algunos puntos rojos ( y no era tinta, ni pimiento, ni tomate, ni fresa, ni algo distinto a sangre). Al ir cortando el mazacote, encontraba una especie de "telas" elásticas que, al morderlas, los dientes rebotan (quien haya visto la pieza de carne cruda de pollo recién venida de la carnicería, habrá visto esa especie de telas blancas que hay entre la carne, antes de escoger y filetear bien la pieza, quedándose sólo con lo más magro, y, a ser posible, bien machacado cada filete, destruyendo lo que no es carne). En fin..., seré yo muy raro, escogido y poco tragaldabas para comer, pero meterse eso en la boca no fue muy agradable, y allí dejé buena parte de la pechuga. Por lo demás, estuvo bien el restaurante, pero, si vuelvo, pediré otro plato.
Punto Mil
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15 Diciembre 2024
8,0
Una buena cocina ensombrecida por un servicio desorganizado. Los camareros no tenían mesas asignadas, resultado no atendían bien a ninguna, al estilo gallinas sin cabeza. Esto generó que, en la misma mesa, unos estuvieran esperando ya el segundo plato cuando mientras otros aún no tenían el primero. No era falta de camareros era absoluta desorganización. Muy bien por un joven camarero.
ANDRES MONTAÑES BENITO
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17 Noviembre 2024
6,0
Además del excelente trato de todo el personal, hoy, en nuestra cuarta visita hemos probado el pulpo a la brasa y... ¡de 10!
Las deliciosas croquetas y la magnífica oreja a la plancha ya las conocíamos. Nos ha costado mucho (4 horas y media) marcharnos a casa. ¡Hasta muy pronto!
Marian Ochando
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02 Noviembre 2024
10,0