Chantilly en Madrid

⸻ Pastelería Chantilly: una pequeña joya en el corazón del Barrio de Salamanca A pocos pasos del edificio donde vivo cuando estoy en Madrid, en la calle Claudio Coello, se encuentra la Pastelería Chantilly, una pequeña y deliciosa pastelería que es un verdadero oasis para los amantes de los sabores auténticos y artesanales. Desde fuera, el escaparate lleno de exquisitos pasteles invita a entrar, pero es sobre todo el aroma a galletas recién horneadas lo que te envuelve y te conquista, impulsándote a cruzar la puerta. En el interior, un mostrador repleto de exquisiteces seduce la vista y el paladar: galletas, pasteles y dulces de todo tipo, todos elaborados rigurosamente a mano con ingredientes frescos y de primera calidad. Frente al mostrador hay una mesa redonda, con cuatro pequeñas sillas de hierro forjado y un jarrón con flores frescas, un rincón sencillo y acogedor donde puedes parar y disfrutar de un dulce descanso. La atmósfera se suspende en el tiempo y evoca recuerdos lejanos de cuando las cosas buenas se elaboraban con calma y amor, siguiendo recetas ancestrales y utilizando materias primas genuinas. Una visita a la Pastelería Chantilly es una experiencia que reconforta el corazón y ofrece un sabor único de tradición y bondad.

Tiene algunas especialidades que no se encuentran en ningún otro sitio en madrid

Coincido con Rita Prendes.Neguri era Neguri. Con Víctor ,un homenaje a ese gran pastelero que tuvo problemas cuando murió el dueño y que yo sepa volvió a Bilbao(alguien podrá contar que pasó). El ruso es el que recordaba.Nada que ver con el de Ascaso. Pero...esa capuchina(ahora un poco seca)...cómo el biscuit glace de Lhardy(no se ahora), la charlota de Mónico,el bavarois de Embassy.Mslo comer con la memoria...lo que el viento se llevó....pero que bueno estaba...Aguirre en Irún,Zuricalday,no es lo que era,Etxebaster en S.Juan de Luce.Esos eran cruasanes...a quien lo conoció saludos

Joya escondida muy bonita y nostálgica en Madrid. Los petit fours están buenísimos

La mejor torrija tradicional de Madrid. Jugosas, doradas en su punto y almíbar que resucita a un muerto, chapeau!